DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

En los próximos días, tendremos la oportunidad de observar a decenas de políticos aspirantes a algún cargo de elección popular. Lo harán donde las Coaliciones o Partidos Políticos que van Alianza o en solitario les abran las puertas.

No buscarán el cargo porque sus principios morales se los dicte o porque los motive e impulse la ética o ideología partidista, lo harán por la ambición del poder por el poder; en una coyuntura no de matrimonio por conveniencia, sino de franca promiscuidad política.

En el contexto nacional, observamos los equipos que han integrado tanto Xóchitl Gálvez, como Claudia Sheinbaum.

La primera, no puede ocultar que se rodeó de toda una camarilla de políticos perdedores y de exfuncionarios panistas, priistas y perredistas vinculados al foxismo, al calderonismo y al priismo caduco.

Basta con ver las responsabilidades que la candidata Gálvez le otorgó a cada uno de ellos o ellas, para darse cuenta de la presencia de un grupúsculo desinflado, ampliamente perdedor en elecciones recientes, internas y externas.

Con el tema de los “xochilovers”, Gálvez perdió la oportunidad de tentar o convencer a la juventud.

Todo ese equipo de colaboradores de campaña en la que están Santiago Creel, Jesús Ortega, Kenia López, Rubén Moreira, Carolina Viggiano, Rolando Zapata, José Ánfgel Gurría, el ex secretario de Economía Ildefonso Guajardo, Margarita Zavala, Enrique de la Madrid y Josefina Vázquez Mota, entre otras linduras, habla del fracaso, de una derrota anticipada y del fin del cascajo que representan PAN-PRI-PRD.

Es fácil advertir que Xóchitl Gálvez es rehén de las mafias del poder político y económico. Su discurso y sus intervenciones vulgares más que populacheras, las agoto en los primeros días de aparición en sociedad. No hay propuesta, su campaña carece de rumbo y dirección.

En contrario, Claudia Sheinbaum, ha logrado sumar a intelectuales y a liderazgos sociales comprometidos por México. Ha incluido a ex titulares de algún cargo importante en el pasado y en el presente. Ramon de la Fuente, – por ejemplo, – representante de México ante la ONU, así como a otros a prueba de balas y anticorrupción.

Claudia tiene un discurso fresco, de continuidad transformadora e incluyente. Hasta ahora, la probable sucesora de Andrés Manuel López Obrador ha mostrado seriedad, talento y sobriedad en sus propuestas; es una mujer preparada. En el lado contrario solo campea el insulto y la descalificación. La andanada en su contra en medios informativos, no han generado un daño real.

Yo no veo por donde, Xóchitl Gálvez pueda vencer a Claudia Sheinbaum. De entrada, la candidata de la Alianza MORENA-PVEM-PT, tiene el respaldo presidencial, toda la estructura del gobierno federal y a más de 23 gobernadores que echarán la casa por la ventana para ganar la elección del 2024.

En el concierto local, sucede lo mismo. Muchos se inscribirán para contender por las presidencias municipales, para las diputaciones locales, para senadores y diputados federales. Los mueve, ya lo mencionamos líneas arriba, no es necesario repetir. Aquí si las izquierdas, los del centro o de derecha están divididos, es porque la película es la misma, no le busquemos.

Hasta pronto.