El que fuera uno de los restaurantes emblemáticos de San Luis; “La Cabaña de Pecos”, propiedad del conocido empresario Jacobo Payán Latuf, amaneció convertido en cenizas, solo algunos muros quedaron de pie, como testigos fieles del infierno que se registró apenas pocas horas antes.
Los muros amanecieron ennegrecidos por la acción del humo, el techo de hojas de palma quedó resumido en un montón de escombros, ceniza, las vigas que le sostenía también se vinieron abajo, solo quedaron algunas estructuras metálicas, con las cuales se encontraba reforzado.
Del mobiliario, igual, solo quedaron escombros y fierros retorcidos, por la acción del fuego, el lugar estaba solo, abandonado, aún no se iniciaban las labores de limpieza, se presume esperaban a los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, para el inicio de la investigación forense, para determinar con qué iniciaron el fuego.
El olor de los cortes de carne asada desapareció, ahora solo se percibe el olor a madera quemada, un olor desagradable, nada comparado con los manjares y las bebidas que apenas horas antes en ese lugar se sirvieron.