-Necesario reforzar la evangelización y evitar desbandada de fieles
Ante la intolerancia religiosa y la pérdida de cada vez un mayor número de católicos, la iglesia mexicana está ante un gran desafío, primero el lograr que sus fieles puedan volver ejercer su fe, pero también evitar la “desbandada” de fieles que no necesariamente se van a otra religión sino más bien, prefieren no creer en ningún tipo de religión, a la par esta la intolerancia de sectores de la sociedad ante la fe; al respecto el Arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, señalo que es muy consciente de esos retos que dijo se pudieron palpar en la pasada Semana Santa.
“Tenemos que ir aprendiendo todos, iglesia y no iglesia, porque estamos ante una realidad en donde México se ha hecho una nación plural, entonces que bueno que se da todo esto para examinar y no abusar de los religioso. En México todavía estamos en una situación en donde la religiosidad popular domina a las mayorías las religiones, pero la mayoría no participa en los ritos católicos”, dijo Cabrero Romero quien mencionó que los mismos sacerdotes de otras latitudes han comentado lo difícil que se ha vuelto “evangelizar” pues cada vez existen más ateos, o creyentes que dejaron el culto.
Cabrero Romero mencionó que no duda que este tipo de fenómeno se siga manifestando posteriormente, incluso se puede ir agudizando la intolerancia religiosa, sobre todo cuando se trata de peregrinaciones o manifestaciones públicas que pueda ser un acontecimiento para el sabotaje, incluso puede ser objeto de ataques con armas o artefactos, “por eso el líder o cabeza de la iglesia, tiene que pensar muy bien, con seriedad muchas cosas, y hacer un serio balance, no quedarnos hasta el año entrante a ver qué pasa, sino hacer un balance para mirar qué vamos hacer, que podemos mejorar, pero también escuchar el reclamo del pueblo hacia la Iglesia”.
Finalmente reiteró que el reto para la iglesia católica, es que sus fieles vivan realmente su fe, pues ésta es algo que no se puede perder, sin embargo se está dando el caso de católicos bautizados que dejan el camino, se vuelven ateos, o incluso algunos se vuelven criminales o sicarios del crimen organizado, “son situaciones muy complejas, ¿cuántos de ellos nacen en hogares donde se rompió la vida familiar? o dónde ni siquiera hubo intención de vida familiar, nuestro reto es ir por ellos y alejarlos de ese camino”, concluyó.