Contadas son las mujeres que en la historia política reciente de San Luis Potosí  han logrado trascender las barreras de la implacable y siempre perversa o malévola manipulación de los hombres que intentan colocarlas en la arena y en el centro de la lucha electoral con la promesa incumplida de llevarlas al poder.

La más contemporánea es sin duda, Victoria Labastida Aguirre, una mujer valiosa que fue impulsada por los hombres del poder, o de aquellos que en su momento se asumieron como influyentes o tomadores de  decisiones hacia el interior del PRI; varios son ellos y no merecen mención alguna, porque  están bien,  ganan suficiente y nunca estuvieron dispuestos a correr el riesgo de perder su miserable capital político.

Enviar a Cecilia González Gordoa, como candidata del PRI a la presidencia municipal por San Luis capital, puede resultar para esta buena mujer ama de casa una gran oportunidad en su insipiente  carrera política, sin embargo para otros, es su puerta de salida, justificación o túnel de escape ante su apocamiento o pusilanimidad de entrarle a la contienda, sencillamente no quisieron correr riesgos.

¿Pero porque Ceci? Se preguntan los priistas y compañeros de trabajo. Los mismos que la han señalado como promotora o socia de empresas o sociedades fantasmas creadas al inicio del sexenio Carrerista para hacer negocios dentro del Sistema Estatal DIF. “Si antes se espantaban de lo que sucedía en esta institución, hoy se quedan cortos o cortas” “Es lo mismo, todo es en grande, solo que bien disfrazado.”

Las Sociedades Anónimas existen y se documentan, la principal promotora,- aseguran en el DIF, es Cecilia González Gordoa que tiene como socia a Marta Escamilla y al responsable Administrativo  de apellido Soni. ¿Alguien se acuerda de las cunas de cartón? ¿De la compra de alimentos o medicamentos?

“Si en LICONSA no había margen para hacer negocio con la leche, con otros  sí y por ello se decidió dejar de comprarle 100 millones de pesos para mejor adquirirlos en DICONSA.”, afirman sus círculos cercanos que de algo han de sufrir o padecer como para que la suelten a boca de jarro sin medir consecuencias.

Pero bueno, esos son trascendidos que antes de que Cecilia González decidiera lanzarse a la aventura por la Alcaldía capitalina ya se divulgaban entre ellos. Aquí lo importante es revisar el contexto, conceder su justa dimensión y valorar las posibilidades reales de competir por el PRI. Eso sí, quien haya tomado la decisión de postularla como candidata a la presidencia municipal no tuvo abuela.

El solo hecho de haber pertenecido a una de las administraciones municipales más  cuestionadas como la de Fernando Toranzo Fernández, la sitúa en condición altamente vulnerable. Por otro lado,  el que sea sobrina de la ex de todo, menos presidenta municipal o gobernadora como lo ha sido Yolanda Eugenia González, no  necesariamente es garantía de algo ni representa su mejor carta de presentación.

Por lo pronto, este sábado el Consejo Político del PRI dará formalidad a su candidatura. En los pocos días que estuvo desempeñándose como diputada local suplente mostró su buen espíritu hogareño. Buscó impulsar alguna iniciativa y acudió a un encuentro que lució más por los boletines bies estructurados que por los planteamientos hechos, aun así, el PRI decidió postularla, sabiendo que va al matadero y que será un cuadro sacrificable.

En el vecino municipio de Soledad de Graciano Sánchez, a Margarita Hernández Fiscal, otra cachorra de Yolanda Eugenia González, hay que decirlo, es un sacrilegio político, a ella también la enviaron como ofrenda a la inmolación. Ella va en inferiores condiciones, aunque nadie puede negar su osadía. Esta muchacha, al igual que Ceci González, son buenos cuadros, lástima que los gargantones del PRI las hayan ofrecido como tributo y monumento al sufrimiento.