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David Medina, respete nuestra identidad cultural.

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sábado, abril 27, 2024

CAMINANTE

Toño Martínez

Hasta hace unos días, pensé que el proyecto para remodelar la plaza principal o Jardín Hidalgo de Ciudad Valles derribando los iconos provincianos que son el kiosko y «La Fuente de los Pericos», atribuido al alcalde David Armando Medina Salazar no pasaba de ser una broma de humor negro para agregarle «una rayita más al tigre» por parte de sus adversarios políticos.
En serio que imaginar una cosa así me parecía grotesco, una burla y un desprecio hacia elementos que representan el sabor provinciano de México en Valles «Puerta Grande de la Huasteca», y que además constituye una parte del atractivo para quienes llegan a la Ciudad y a la prodiga región como turistas huyendo de urbes de concreto, acero, cristal y ruido infernal del tráfico vehicular, fábricas y de todo tipo, buscando naturaleza y tranquilidad.
Ya habíamos vivido la amarga experiencia de un atentado de este tipo cuando entre los años 1976-1979 cuando Antonio Esper Bujaidar fue Presidente Municipal, autorizó un proyecto de su hermano arquitecto Alfonso para derribar el nostálgico e histórico Jardín Hidalgo de diseño ovalado con frondosos árboles, flores y farolitos, y que en los atardeceres era el centro de reunión de familias que se sentaban en las bancas de madera y hierro para conversar entre el parloteo de los gamusinos (tordos) que regresaban a dormir al follaje.
Otra estampa eran los grupos de chicas y chicos que paseaban dando vueltas y vueltas alrededor del jardín para coquetear, flirtear y terminaban en la refresquería de Doña Cuca, en el kiosco estilo colonial para disfrutar de las deliciosas frescas aguas de frutas que vendía con golosinas de aquella época.
Bueno pues ese jardín fue desmantelado para construir en su lugar una austera plancha de concreto con una plataforma del mismo material como techo, sostenido por dos paredes semi anguladas y cubiertas de azulejo amarillo.
En la parte del frente y posterior hizo dos explanadas que aún subsisten.
Esa plaza era copia de las que había en pueblos de la región del «Yuejat», Siria, de donde procedía la familia Esper, pero contraria totalmente al sabor mexicano.
Tal transformación irritó y enardeció a los vallenses de ese entonces pero nadie levantó la voz -como
ahora- para protestar, por ese atávico gen de sumisión que traemos desde la conquista, y que nos hace ver al gobernante como un ser poderoso e intocable.
Llego otro alcalde, Eligio Quintanilla González quien más por razones de venganza -era «enemigo a muerte» de los Esper- que por defender las tradiciones, tumbó la plaza «Yuejat» y reconstruyó el kiosko provinciano agregando «La Fuente de los Pericos» que pronto se convirtieron en postales y fotografías para identidad de Valles.
Con esos antecedentes reforcé la idea de que Medina Salazar no cometería una atrocidad igual aunque se lo ordenará el Gobernador Ricardo Gallardo Cardona muy ajeno a la herencia cultural de los Huastecos y la fragancia provinciana de nuestra región. (Hasta dos Pueblos Mágicos tenemos, Xilitla y Aquismón).
Pero tristemente las evidencias y recordar la destrucción del «Arco de las Tres Culturas» arquitectónicamente agradable pero sobre todo que contenía símbolo de las etnias Náhuatl, Tének y Xi Oui o Pame, por imposición de Gallardo Cardona fue derribado para construir en su lugar un armatoste de fierros y cemento en la entrada Poniente a Valles y que Medina Salazar no supo defender, me hizo reaccionar a la realidad.
David Medina va en serio a tumbar el kiosko y la fuente, y con ello sepultará una etapa del Valles de añoranzas y sello de nuestro sabor provinciano que tanto le gusta al turista.
Su plan contempla edificar un recinto de arquitectura minimalista, un simple cajón de block y varillas con vista al río -cada vez más deplorable y seco-, ahí donde estuvo un restaurante de Mario Moreno «Cantinflas», el más famoso mimo mexicano que vivió en Valles un tiempo.
Quiere el presidente municipal que esa obra armonice con el diseño que le dió al Palacio Municipal al cual también despojó de su estilo mexicano para volverlo plano con solo unos volados sobre las ventanas y colores opacos, no alegres.
No presidente, no es por ahí y las razones no son de índole exagerado de regionalismo cultural.
El Municipio, lo sabe -aunque lo empiezo a dudar- tiene enormes prioridades en materia de darle calidad de vida a la población y futuro de crecimiento sustentable, que derrochar el dinero en cosas muy cuestionables y de poco impacto social, turístico y económico.
Está a tiempo presidente municipal David Medina de sintonizar con las urgencias y emergencias de Valles; deje de escuchar el canto de las sirenas de gente a su derredor que lo llenan de lisonjas, incluyendo a diversos reporteros cuyo universo cultural e ignorancia y que le distorsionan la realidad con sus loas.
Está a tiempo
pera reconsiderar esa obra y al contrario
dotar a Valles de espacios culturales, barrios coloridos, pulimento de la estética urbana y mejoramiento de los servicios públicos para dar funcionabilidad a la ciudad y su territorio rural.
Tiene el gran reto de la inseguridad y la generación de empleo; entre otras cosas.
Entiendo que no se le pueden pedir peras al olmo y que ser presidente municipal no es sinónimo de ser culto, pero al menos haga el intento.

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