De todas las mañaneras que hemos observado en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la de este sábado 3 de abril, es quizá, en la que el presidente de la República se ha mostrado más elocuente, puntual y preciso. En poco tiempo, AMLO definió con claridad un nuevo modelo; las razones de peso por las cuales trazó su ruta de gobierno y el porqué de las medidas que está tomando.
El que López Obrador, diga que fue durante la época neoliberal cuando la desigualdad social alcanzó cifras inéditas en el país, y que esta se resintió más durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, es cierto. El que el presidente señale, que fue durante los gobiernos conservadores del PRI y el PAN cuando mayor corrupción ha existido, y que fue en ese el período neoliberal cuando las mafias del poder y de los hombres de negocio se enriquecieron cínica y vulgarmente, también es verdad.
El que el presidente de la República diga abiertamente que toda la campaña mediática en su contra está siendo orquestada por minorías rapaces, por grupos económicos y políticos poderosos, -entre los que, – por supuesto incluye a las grandes empresas de televisión, prensa escrita y radio, nacionales y regionales, claro que tiene razón, las evidencias ahí están, todos los días, a toda hora.
El que López Obrador, diga que es toda esa horda sofista de intelectuales orgánicos, periodistas, conductores de radio y televisión; al servicio, en su gran mayoría de intereses políticos y económicos poderosos y antes intocables, y porque además están encabronados porque dejaron de tener los privilegios de convenios publicitarios y quedar fuera del embute o la nómina secreta de la presidencia de la República, claro que AMLO tiene toda razón y no falta a la verdad, las listas de negocios, las sumas recibidas y el registro histórico de su fiel sumisión a la mafia del poder no mienten.
El que AMLO diga que el país no se endeudará con el exterior para superar la crisis actual y rescatar la economía como lo sugiere el ex presidente Felipe Calderón, esto porque al final del día es lo que quieren las fuerzas conservadoras; diciendo además el presidente, que fue justamente en los períodos de crisis provocados por los regímenes del PRI y el PAN cuando la corrupción en México alcanzo niveles inéditos, alarmantes y escandalosos, también López Obrador tiene toda la razón.
El que AMLO sostenga, que, cuando la derecha desesperada o la izquierda trasnochada depositada en figuras históricas del panismo del perredismo o del priismo, buscan un “acuerdo nacional”, es precisamente porque añoran sus tiempos pasados y porque quieren más de lo mismo o algo semejante a los pactos o acuerdos promovidos por los gobiernos anteriores que solo actuaron para enriquecerse y para proteger sus intereses; desde luego que no falta a la verdad, ahí está el FOBAPROA o la UNICRER en San Luis Potosí.
El que el presidente de la República insista en que la esperanza de México es inmensamente superior a los intereses de los grupos económicos y políticos poderosos, claro que también tiene razón, sobre todo cuando sostiene que esa esperanza de cambio verdadero le fue deliberada y descaradamente robada al pueblo o las clases más jodidas de este país durante décadas por los gobiernos corruptos del PAN y el PRI.
Puesto en perspectiva y frente a la crisis actual, evidentemente que AMLO y su gabinete han cometido errores; fundamentalmente de comunicación. El presidente tiene el poder político y lo está ejerciendo a plenitud, muchos no saben si para bien o para mal, pero lo está haciendo en su muy peculiar estilo de hacer las cosas. Que AMLO busca consolidar y ampliar su clientela electoral, también es cierto. Todos los partidos y gobiernos lo han hecho, lo hacen y lo seguirán haciendo porque la política no estar en misa.
El hombre es orgulloso, es aferrado a sus dichos y por lo regular se monta en su macho para no reconocer o rectificar, sin embargo, ello no significa que no tome en cuenta o considere otras opiniones, – como la de los empresarios, – que, con su rara imprecisión y tibieza, le insisten en que se tomen medidas para apoyar a emprendedores y a medianos empresarios con el aplazamiento de pagos en sus obligaciones fiscales para vida de sostener la planta productiva.
A mí, en lo personal, lo que me sorprende, lo que me tiene pasmado, y catatónico, es, que el presidente no tenga a gentes como López Obrador, y que justamente algunos de sus más férreos defensores, sean parte de ese pasado nefasto, u otros, que hoy están buscando formas inteligentes de emigrar hacia la 4ª Transformación para ser y estar, pero que en el pasado fueron parte y gozaron de todos los beneficios y de las mieles de la corrupción.
En fin. Este domingo, AMLO tendrá la enorme oportunidad de mostrarse ante la nación entera como un hombre de Estado, responsable, sensible y conocedor del impacto y consecuencias derivadas de la epidemia del Coronavirus. Si lo hace, “le vendrá como anillo al dedo”. No hacerlo, podría significarle un altísimo costo político en el mediano y largo plazo. Hasta pronto.
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