Lo más grave que dejó este proceso fueron asesinatos a candidatos y la violencia política hacia las mujeres
El proceso electoral que se vivió en México pudiera considerarse como el más “soso”, pero además dejó violencia, amenazas, agresiones, y hasta enemistades, así lo consideró el investigador y especialista en temas políticos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Juan Mario Solis Delgadillo.
Señaló que este proceso electoral tiene muchas aristas pero en lo particular consideró que esta elección fue la más sosa pues no ha habido una competencia real como se tuvo en 1988, 1994, 2000 o 2006 en donde había una competencia real, “apelando a una frase muy sonada se puede decir que el candidato puntero transitó esta campaña caminando”, dijo.
Añadió que las campañas en sí mismas generan fricción y polarización, sin embargo no fue tan grande o intensa como la del 2006 principalmente, “esa polarización no la experimentamos”.
Asimismo dijo que es cierto que muchas personas terminan distanciándose por diferencias políticas pero lo más grave que dejó este proceso fueron asesinatos a candidatos y la violencia política hacia las mujeres.
En el mismo contexto mencionó que está terminando una fase de la democracia mexicana y está por inaugurarse otra en la que habrá que ver cómo se van a ubicar los partidos políticos como actores en el nuevo tablero y eso dependerá de la fuerza que puedan llegar a tener en el Congreso de la Unión, pero también en la actitud que tomarán los partidos que han venido siendo socios del PRI y algunos del PAN con razón al nuevo actor del poder