La disputa del poder público político es algo que muchos hombres no están dispuestos a ceder
La investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) Urenda Queletzú Navarro Sánchez, alertó que con el inicio de las campañas políticas seguramente se tendrán situaciones de violencia política contra las mujeres, «si ya lo habíamos visto en procesos electorales anteriores donde todavía no era reconocida la paridad hay que reconocer que detrás de la paridad y de la participación política de las mujeres está la disputa del poder público político, y eso es algo que muchos hombres no están dispuestos a ceder», por ello consideró que por supuesto se va a tener violencia política que puede ser «más cruda y más virulenta» en contra de las mujeres.
Navarro Sánchez explicó que de entrada se ve un sexismo en los comentarios, en la violencia en los medios, una fuerte moral sexual que va dirigida únicamente hacia las mujeres que participan en la vida pública y donde lo que se utiliza como argumento para descalificar sus capacidades de toma de decisiones y participación política son siempre sus relaciones sentimentales, su vida íntima, su vida de pareja, sus preferencias sexuales, en fin todo lo que tiene que ver con esa moral sexual que únicamente coloca a las mujeres en situación de desigualdad, y no así entorno sus capacidades o trayectoria política y profesional.
Por ello dijo que justamente las propias demandas que han hecho las mujeres de unos años a la fecha, y la propia reivindicación histórica, han colocado a las mujeres en un momento de exigir que se les permita participar en igualdad de condiciones y no discriminación en los asuntos públicos, en la toma de decisiones, y también en espacios para tomar esas propias decisiones.
Destacó que pese que hay escenarios en donde se ve que hay un avance legislativo considerable, que recoge y reivindica los derechos políticos de las mujeres, también es cierto que no obstante eso muchas de las prácticas al interior de los partidos, o las prácticas institucionales de aquellas mujeres que ya están en el ejercicio de sus funciones, reproducen en gran medida las prácticas patriarcales que imposibilitan o menoscaban la actuación, la toma de decisiones, la participación asertiva, e incluso la propia participación del poder político de las mujeres en el espacio público.
Finalmente mencionó que si bien es cierto que hay una base significativa en materia legal, también lo que no se deben dejar pasar por alto es el hecho de que se sancione la paridad, por ley no garantiza de manera alguna que se reconozca la violencia política y que las mujeres dejen de sufrir prácticas de esta naturaleza, más cuando no existe un mecanismo que sancione la violencia política, tan es así que los casos que se han presentado en el propio estado traducen que no hay un interés todavía de sancionar cuando existe estos casos de violencia política.
