El CEEPAC no pierde, pierden los frustrados impulsores
Aunque en el argot jurídico el “dar palo” a una resolución tomada por algún órgano colegiado, autoridad o instancia significa dar marcha atrás o dejar sin efecto algo, sin embargo, en el contexto político es literalmente una derrota, no tanto para el órgano que la emitió, sino para los impulsores que buscaron se impusieran sanciones o se cortaran cabezas.

La resolución emitida este jueves por el Tribunal Electoral de San Luis, en el sentido de que el uso de la palabra “Gallardía” en las acciones y programas del Ayuntamiento de la capital no constituye una promoción personalizada, se resuelve con absoluta claridad y viene a poner fin a varios intentos por minimizar o reducir el trabajo del Alcalde Ricardo Gallardo Juárez.

Como institución, el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana CEEPAC pierde y se exhibe, pero perdieron más los promotores de un castigo para el gobierno de la ciudad. Pierde el CEEPAC porque se prestó a ciertos intereses que han buscado por cielo mar y tierra cualquier cosa que debilite al Jefe de la Comuna.

En el mismo sentido, habría una respuesta si es que aquellos que cuestionaron el uso del color amarillo se fueran por la vía de los tribunales. Y es que nada más absurdo que utilizar esos argumentos para tratar de disminuir a un Alcalde que lejos de estar preocupado por las tenebrosas maniobras o por lo que digan o dejen de decir sus adversarios, Gallardo está más metido de lleno y entregado a recomponer la ciudad.
Para los señores Magistrados del Tribunal Electoral, resultaba sencillo resolver, simplemente porque el uso de la palabra “Gallardía” no tenía evidencia o conexión con el apellido del presidente municipal, esto además de que su uso se ha dado muy al margen y alejado de un proceso electoral que todavía ni siquiera está en marcha, así de sencillo.

Después del fallo emitido este jueves por el Tribunal Electoral, la medalla y mérito habrá que adjudicársela al Secretario General del Ayuntamiento, Marco Antonio Aranda Martínez, que promovió y sacó adelante el recurso interpuesto por Ricardo Gallardo.

El hombre tiene otros méritos, y entre ellos, destaca también la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que recientemente echo abajo aquella Reforma que perversamente acordó la legislatura pasada para que fuera la Primera Minoría de los Partidos Políticos en el Cabildo la que propusiera la terna para nombrar al Contralor Municipal.

A Marco Aranda le han endilgado de mala leche algunas cosas, pero en la práctica diaria ha sido uno de los funcionarios más sobresalientes en dar la cara para defender no solo al Alcalde sino para salir en defensa de la institución municipal. Aranda no se anda por las ramas y con franqueza ya había mencionado que en la resolución emitida el 6 de enero por el CEEPAC, había la clara intención de entorpecer la función pública municipal.

Y no solo dijo eso, sino que fue directo cuando señaló que otros intereses alejados del bien ciudadano buscaron desprestigiar al gobierno de la ciudad con argumentos carentes de sustento, en pocas palabras expresó ayer, no lograron su objetivo porque el golpeteo político a nada conduce.