El fuero, ¿fuera?

Por si no bastara el enorme descredito del que gozan los diputados del Congreso estatal como resultado del sórdido proceso de revisión de las cuentas públicas, aparece el tema del fuero constitucional, una figura que ha dejado de servir para su propósito inicial, para convertirse desde hace varias décadas como una burbuja de impunidad para quienes lo gozan y que ha permitido librarse de cualquier cantidad de asuntos bochornosos que dañan a la sociedad.

Después de que la mayor parte de los integrantes de la llamada “Ecuación Corrupta” optaron por solicitar su licencia como diputados locales para enfrentar las denuncias en su contra por el tema de la video escándalo, se destacó la necesidad de acabar con esta inercia de trabas legaloides que impiden que nuestros legisladores sean sujetos a la acción penal como cualquier otro ciudadano, ante lo cual se requiere primero lograr su desafuero para entonces someterlos a este tipo de procesos.

Han sido semanas ya, en las que los legisladores que aún mantiene trabajando un abollado Congreso del Estado, han dado largas a este asunto e internamente alguien o algunos, buscan dilatar la intención de desaparecer de una vez por todas el fuero constitucional para ver si de esta forma, se pone freno a la avalancha de corrupción que ha caracterizado a ésta y otras legislaturas, pero tal parece que a nivel interno, el tema no quiere agendarse para que el pleno tome una decisión.

Además el tema no pasa solamente por el tamiz legislativo sino por los partidos políticos, que se supone también asesoran y supervisan el trabajo de sus diputados y que tácitamente los convierte en cómplices de las decisiones que sobre diversos temas se abordan en el legislativo, sin embargo es claro que también se juega mucho para los intereses tanto particulares como de partidos sobre el fuero.

Si queda algo de voluntad y de atender la naturaleza del trabajo de los diputados que es ser representantes de un pueblo, la desaparición del fuero, no debería de ser un problema de burocracia interna en el Congreso del Estado, pues bastaría con que se atendiera la voz de los potosinos para ordenar a los empleados es decir, los diputados, la revocación inmediata de esta figura que ha dañado tanto a una sociedad como la San Luis.
No nos sorprendamos sin embargo, si al final las cosas quedan igual pues el “circo” legislativo aún tiene sorpresas que darnos a los potosinos de cara a lo que será el ejercicio electoral del 2018.