DE FONDO
Fernando Díaz de León Cardona
Los resultados electorales de este domingo en el EDOMEX y Coahuila no generaron sorpresa, ya se anticipaba un resultado así. La maestra Delfina, de inicio se perfiló como la ganadora de la contienda en una región donde la hegemonía del grupo Atlacomulco estuvo en el poder por más de 90 años.
En el estado norteño, tampoco hubo sobresaltos. La habilidad política con la que operó el líder de MORENA, Mario Delgado, no deja lugar a dudas a una negociación anticipada caracterizada por la perversidad, el enredo, las claudicaciones y las formas en que se maneja el dirigente morenista. Obvio, con el permiso y la bendición del presidente de la República.
El resultado electoral de este domingo es al final del día el preámbulo o la antesala de lo que sucederá en 2024. La alianza “Va por México” conformada por los partidos PAN-PRI-PRD ha quedado literalmente huérfana y sin expectativa electoral alguna. En MORENA de lo único que deberán preocuparse es que no se propicie la fractura y la división interna.
Ya con el poder central, con más de 23 gubernaturas y sus aliados, el Movimiento de Regeneración Nacional podrá avanzar para lograr la mayoría calificada en las Cámaras de Diputados y de Senadores. Será a partir de entonces cuando se consolide la Cuarta Transformación y será el tiempo propicio para las reformas constitucionales que definirán el futuro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Instituto Nacional Electoral y el INAI, no antes.
En el contexto local, la alianza PVEM-MORENA-PT para el año que entra será inevitable. Los acuerdos tendrán que pasar por varios filtros internos y externos y deberán ser razonablemente consensados. Evidentemente, si Ricardo Gallardo Cardona no se equivoca en la corcholata que abanderará a MORENA, las expectativas de que imponga candidatos a Senadores y a Diputados Federales serán altas. Esperemos que no, porque así nos irá.
En lo aldeano el gobernador no tendrá problema en empujar las candidaturas a diputados de mayoría y a los plurinominales, Esas le corresponden al mandatario en turno según lo dicta la ortodoxia política y, – aunque se diga que las presidencias municipales son del pueblo, Gallardo incidirá de manera determinante en las candidaturas y en las alianzas regionales y locales.
Para El Pollo, la joya de la corona será sin duda ganar la alcaldía capitalina. Condiciones favorables las hay, y si a ello se suma la posibilidad real de que Villa de Pozos se convierta en municipio; con los programas y apoyos sociales que opera el gobierno estatal en la capital potosina, seguro que les arrancará el último reducto que tiene el PAN-PRI y las cenizas del PRD.
El actual alcalde Enrique Galindo Ceballos trae buen cartel. No obstante, el afán recaudatorio del municipio mantiene molestos a miles de potosinos productivos que han tenido que pagar, “sin agua va” las consecuencias y las secuelas económicas que dejó la etapa crítica de la pandemia del Coronavirus.
Eso, más el grave problema por la falta de agua y la inseguridad creciente, difícilmente abonarán hacia una reelección. Podrá ser candidato a algo, y puede que logre el triunfo, pero repetir en la alcaldía está en chino, ya lo verán. Los mismos que lo empujaron y aportaron a su campaña, hoy por hoy se muestran irritados por la dureza y la rigidez con la que operan algunos de sus subordinados. En fin, ya lo veremos.
Hasta pronto






