DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

          El poder se ejerce, no se comparte

Con la aprobación unánime del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana CEEPAC, para realizar el Plebiscito y con ello convertir a la delegación de Villa de Pozos en el municipio número 59, parece que el tema está más que planchado. Por mucho que intenten desvirtuarlo en el campo jurídico, las condiciones políticas están dadas para concretar la propuesta.

Que va a costar una buena lana, pues sí, pero ese es el precio del crecimiento social y de la democracia. A Villa de Pozos, por fin se le hará justicia y tendrá pronto su presupuesto propio para invertir en obras y acciones en una nueva municipalidad que el Pleno del Congreso seguramente aprobará una vez llegado el momento de consumar la iniciativa.

Si el plebiscito se desarrolla sin contratiempo y se ajusta a los lineamientos legales a que debe someterse, lo más seguro es que los habitantes de esa demarcación voten a favor para que Villa de Pozos elija a su Ayuntamiento el próximo año, toda vez que reúne las características territoriales, urbanas, de infraestructura, poblacionales y de servicios para lograrlo.

Todavía no se habla de fechas para la realización de la consulta popular, y tampoco cuando el Poder Legislativo podría emitir el Decreto de los resultados, sin embargo, si esto se logra antes de que inicie formalmente el proceso electoral 2024 que será en octubre de este año, el Congreso local debería hacer los políticamente correcto.

Es decir, no esperar más tiempo. Puede sacar antes la iniciativa para que se conforme un Concejo Municipal provisional que atienda el proceso de entrega recepción, proyecte el financiamiento del municipio, contribuya en el nuevo reordenamiento territorial, en la planeación de los servicios públicos que deberá prestar y todo lo que implica el arranque de una nueva municipalidad. Esto además de preparar en lo interno el cambio constitucional que se daría en 2024.

No hacerlo así, Villa de Pozos podría correr el riesgo de sufrir y ver pasar impunemente en “el Año de Hidalgo”. Otro inconveniente, es que la nueva administración municipal electa en 2024 encuentre cero recursos, caos y confusión. Instalar un Concejo Municipal permitirá que los que lleguen en la elección constitucional, auditen, no tengan que improvisar o apenas empezar a gestionar los dineros que por ley le corresponderá al municipio.

En el nuevo escenario, muy probablemente, el primer alcalde de Villa de Pozos después de décadas surgirá de las filas del PVEM, de tal suerte que tendrá todo el respaldo del gobernador Ricardo Gallardo Cardona que por supuesto tiene ya a su gallo bien alistado.

Seguramente será alguien de su equipo, un personaje probado, políticamente bien formado y con experiencia en la tarea legislativa, en la administración y gestión municipal. En Villa de Pozos; ni MORENA, ni el PAN o el PRI tendrán algo que hacer, ya no tienen presencia, el PRD menos.

ENTRE PARENTESIS

En cuatro meses inicia el proceso electoral federal y estatal. El gallardismo cuenta con una amplia base social, bastante sólida y comprometida en todo el estado. El número uno y el PVEM tendrán que ser muy cuidadosos en la selección de sus candidatos.

Tienen, – en realidad, muchas soldaderas y soldados rasos, pero muy pocos cuadros con la formación política adecuada para garantizar triunfos o para hacer un buen papel en las cámaras legislativas.

En la siguiente entrega, haremos un ejercicio de aproximación de quienes pudieran perfilarse hacia una candidatura federal o estatal. La premisa fundamental para llegar será la experiencia, la formación política, su compromiso con el pueblo y, fundamentalmente su lealtad con el gobernador.

Que habrá acuerdos y amarres, alianzas abiertas y bajo la mesa, será normal. Sin embargo, donde el mandatario debe tener mucho cuidado, es en no negociar con figuras que al rato “se van a sentir vicegobernadores.” Me refiero concretamente al caso de la capital potosina donde los Morenos andan muy volados asegurando que llegarán a la alcaldía capitalina.

A Gallardo le debe quedar bien claro que el poder es para ejercerlo no para compartirlo, mucho menos con los que tradicionalmente han sido sus detractores y verdugos. El gobernador no pude estar pensando solamente en el 2027, sino esencialmente en el año que entra. De su resultado obvio que vendrán los frutos para la siguiente ¿o no?

Hasta pronto