DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

La guerra de lodo que comienza a salpicar a los y las candidatas a los diferentes cargos de elección popular define claramente tres cosas: Primera: Que el 2 de junio será una elección en la que se imponga el voto diferenciado. Segunda: Denota quienes están abajo en las encuestas y, Tercera: Que previo y durante la jornada electoral la plaza estará sumamente caliente.

El cruce de las boletas, definitivamente que no se hará para los partidos políticos en contienda, sino para quienes buscan representar a la sociedad, es decir, habrá sufragio diferenciado se votará por la persona no así por los partidos políticos coaligados o por aquellos que van en solitario. Los resultados de la elección hablarán por sí mismos, ya lo verán.

Ejemplos claros los hay. En la contienda para el senado de la República, es demasiado evidente que el voto estará bien diferenciado. Habrá los que prefieren a la formula que encabeza Ruth González Silva y Gilberto Hernández Villafuerte, pero también habrá quienes apoyan a Rita Ozalia Rodríguez e Ignacio Segura o a Verónica Rodríguez y Jaime Chalita.

La inevitable y muy anunciada ruptura entre MORENA con el PVEM es demasiado evidente y es de esperarse el cobro de facturas entre ambos bandos. Por mucho que se diga que la elección del 2 de junio transita tranquila, sin sobresaltos y sin violencia, la realidad es otra. Los desencuentros entre una corriente y otra son más que obvias.

Lo mismo sucede en la elección municipal donde MORENA tiene bien pintada su raya. Algunos de sus dirigentes ya lo anunciaron y han reiterado que en la elección capitalina no apoyarán a Sonia Mendoza y prefirieron lanzar a un candidato sin registro emulando aquella historia del “burro Cleofas”. Yo no sé si en las entrañas del poder local esta decisión les inquiete o bien la dejarán correr, haciendo cuentas no es su fiesta.

Al final del día, al gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, lo que le pudiera estar interesando más es sacar adelante las posiciones en el Senado de la República y las Diputaciones Federales que fue su compromiso a cambio de operar y decidir.

Obvio que tiene una atención especial en las candidaturas al Congreso del Estado, pues de su resultado dependerá su tranquilidad durante el último tramo de su gobierno. Visto desde esa perspectiva la alcaldía capitalina puede que no sea tanto la Joya de la Corona.

Vencer a Enrique Galindo Ceballos no resultará sencillo por el trabajo realizado, por la estructura y simpatía que ha construido a lo largo de casi tres años.

Entre paréntesis

Si el alcalde con licencia teje fino, si opera adecuadamente para que áreas estratégicas del municipio dejen de hostigar o emplazar a micro, pequeños y medianos empresarios con temas como Protección Civil, Comercio, Ecología, Desarrollo Urbano y Seguridad Vial, seguro que se echará a la bolsa a miles de simpatizantes.

Hay quienes, con claridad, le han propuesto que se dé celeridad para que la Dirección de Comercio les extienda su Licencia de Funcionamiento.

Si así lo decide el alcalde en campaña, y la autoridad actual actúa sensible y con prudencia es muy probable que muchos jóvenes y viejos emprendedores voten por él, de otra manera se los echará encima y se lo harán sentir en las urnas.

Una buena medida es que se les reciba el pago de su licencia anual y que las dependencias dictaminadoras no se pongan tan roñosas otorgándoles plazos razonables para que se cumpla con la normatividad.

Esto ya ha ocurrido en otras elecciones y, el cerrarse además a posibilidades de ingreso genera enemigos y el candidato con licencia es rechazado. Ojalá y que Galindo la pizque a tiempo. Tiene todo el mes de mayo para hacerlo.

Hasta pronto