DE FONDO

Fernando Díaz de León Cardona

La guerra sucia, la denostación, la crítica callejera y la descalificación al adversario es parte de la política electoral. De la subcultura de la grilla, diría yo. Esto siempre sucede, en cualquier contienda y en todo nivel.

Solo veamos a las candidatas y candidato presidencial en los debates o en las redes sociales, para darnos una idea de la propaganda negra que se despliega.

Los o las candidatas, antes de formular una buena propuesta, una oferta política contundente para atraer y convencer al electorado, lo primero que priorizan es como se van a joder a su adversario.

Buscan que se le puede escarbar, que se le puede denunciar o inventar para descalificarlo y apartarlo del ánimo o simpatía de una ciudadanía que pendeja no es y que solo observa.

En el 2015, como si fuera ayer, la y el candidato del PAN y PRI, Sonia Mendoza Díaz y Juan Manuel Carreras López, se dieron con todo.

Hoy por hoy, incluso circula en redes aquel video en el que se desprestigia a Sonia Mendoza, quien aparentemente en estado inconveniente agredió a una familia en su natal Matehuala.

Sus autores, todavía andan vivitos y coleando, mal no les fue, ganaron harto dinero.

Los ataques, los infundios y las emboscadas resultaban algo normal. En política de todo se vale, solo que hoy se han extralimitado, convirtiendo a las redes sociales y a algunos medios de comunicación en un lodazal de aguas negras pestilentes o hediondas.

El pueblo sabe perfectamente quien es quien, que se inventa o que se dice para desprestigiar y tratar de aniquilar, al de enfrente.

En 2021, si alguien experimentó en carne propia la descalificación, los agravios no solo contra él sino contra toda su familia, fue el ahora gobernador José Ricardo Gallardo Cardona.

La guerra sucia en su contra, financiada por los partidos políticos contrarios y con dinero de los curros, fue despiadada y desalmada; aun así, al Pollo lo victimizaron y esa fue la clave fundamental para su victoria en la pasada elección.

Siempre se supo que los candidatos o candidatas contrataban gente especializada en empañar o ensuciar los procesos electorales. A verdaderos expertos en campañas negras, y otros, en la manipulación y compra de votos.

No son personajes improvisados, generalmente llegan de fuera, se apoyan en sicarios locales, cobran harto y luego se regresan dejando a la sociedad más polarizada de lo que está. Gozan y disfrutan cuando golpean al adversario.

La guerra sucia que el alcalde con licencia Enrique Galindo Ceballos denunció este viernes, no es cosa sencilla porque presuntamente viene de una candidata ex panista y ahora militante del partido que gobierna el estado.

Con pruebas, pelos y señales, el presidente municipal que busca la reelección decidió no acudir al debate organizado por el CEEPAC, institución electoral que solo está pintada y quejándose siempre por la falta de recursos.

Esta vez hay denuncia y aparentemente pruebas como para que el Tribunal Electoral, si es que existe y actúa como debe ser, debe darle curso. Yo no sé si hizo bien o mal Galindo en no asistir al debate programado para este viernes.

Si bien es cierto que lo consideró como una emboscada, también era un escenario propicio para denunciar ante la opinión pública los ataques de que ha sido objeto. Solo Él y su equipo lo sabrán.

ENTRE PARENTESIS

Quien anda movidísima promoviendo el voto y buscando el respaldo ciudadano es Maribel Torres Vilet en el VIII Distrito. La muchacha tiene carisma, es inteligente y audaz como su señor padre. En este distrito, mucho se cuestiona a Aranza Puente de que solo volvió para pedir nuevamente el apoyo popular, es decir, la gente se queja de que no hizo nada ….. Hasta pronto