Si Sarita Rocha usara minifalda, lo más probable es que se le verían los tamaños que le arrastran. Y no es que sea binaria, más bien mostró su verdadero carácter frente a la serie de declaraciones que se hicieron en torno a la Asamblea Nacional del PRI.
Los señalamientos que se refirieron al alcalde reelecto Enrique Galindo Ceballos tienen desde luego, sus interpretaciones, pues si bien es cierto que Galindo fue postulado por el PRI, también lo fue por el PAN y el PRD, aunque para ser claros, de los tres no se hace ninguno.
Por otro lado, Sarita no puede olvidar que fue la ciudadanía quien diferenció su voto y colocó nuevamente en la presidencia municipal a Galindo, es decir, no fue ni el PRI, ni el PAN mucho menos el PRD quien decidió su reelección sino el voto de la ciudadanía que ha visto un buen trabajo del alcalde.
Sobre los comentarios hechos en torno a la figura del líder de la CTM, Emilio de Jesús Ramírez, pues ni hablar, le asiste toda la razón a la líder priista, porque un dirigente como el cetemista no puede cuestionar un intento reeleccionista, simplemente porque su origen y principio lo condena.
Solo es cuestión de ver cuanto lleva Emilio de Jesús Ramírez al frente de la Central Obrera y cuantas veces se ha reelegido. De que la CTM se apartó hace mucho tiempo de los postulados que enarbolaba el PRI, es cierto.
En las dos últimas décadas su participación en política ha sido testimonial luego de una estela de caprichos y chantajes para lograr posiciones legislativas o cargos administrativos en los tribunales o Juntas de Conciliación y Arbitraje. La CTM dejó de ser simplemente lo que fue.
Los tiempos de Don Fidel Velázquez, de los Rodríguez Alcaine, de los Blas Chumacero o de los Romo Gutiérrez de los Romero Deschamps se terminaron desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando decidió encarcelar a Joaquín Hernández Galicia “La Quina”. Ese primer golpe certero al sindicalismo y a sus principales líderes los puso quietos y los volvió catatónicos.
La antes poderosa Central Obrera y algunos de sus sindicatos fuertes como el petrolero, el minero y el electricista fueron desterrados de sus influencias, de sus canonjías o privilegios. El sector energético fue gradualmente desmantelado con la venta indiscriminada de ambas paraestatales y por la corrupción que imperó durante años entre sus funcionarios y líderes sindicales.
Con la reforma laboral, aun inacabada, los sindicatos son ya objeto de revisiones, de investigaciones externas y lo que han arrojado son descubrimientos de miedo, es decir, de como algunos líderes sindicales trafican con los Contratos Colectivos o Condiciones de Trabajo. Se ha revelado de los sueldos extras que perciben los líderes en las empresas donde conservan presencia.
En fin, el tiempo de la CTM ya pasó, y, como sector importante dentro del PRI dejó de serlo. Ahora sus líderes se andan acomodando en otros partidos políticos o deslizan la posibilidad de hacer uno nuevo. ¿Con que gente podrían hacerlo? Se ignora, porque la clase trabajadora está más comprometida con la Cuarta Transformación que con algún otro partido.
ENTRE PARENTESIS
Si por omisión o intención, dos exgobernadores están en la danza de los millones de la Dirección de Pensiones ya es tiempo de procesarlos. El gobierno no se puede quedar solamente quieto con el que devuelvan lo robado, es preciso se deje un precedente, de otra forma, cualquiera meterá las manos al cajón y su único riego será regresar lo saqueado.
