De empresarios a políticos o de políticos a Empresarios

Un error histórico que se ha cometido en el país y en nuestro estado, ha sido cuando los empresarios han decidido y se han metido a hacer política y cuando los políticos han querido convertirse en empresarios. Ejemplos son muchos y solamente unos cuantos han logrado escalar y triunfar en ambas aventuras.

A la declaración hecha por el presidente de la CANACINTRA, Raúl Martínez Jiménez, en el sentido de que los empresarios estarían dispuestos a apoyar a quien esté interesado en ocupar un cargo de elección popular en el 2018, habría que considerar toda su importancia y ubicarla en su exacta dimensión.

El dirigente del organismo empresarial  no dijo que los inversionistas estén buscando algún cargo público o de elección, sino que apoyarían iniciativas individuales que asuman el compromiso de recomponer el estado de cosas y el nivel de desprestigio que ha sobrepasado el Poder Legislativo, refiriéndose a los constantes excesos y escándalos protagonizados por algunos diputados.

Raúl Martínez se ha caracterizado de ser un líder empresarial prudente, sensato e inteligente en sus declaraciones. En ocasiones se ha mostrado duro  en sus juicios sobre la problemática vinculada a los temas económicos y del desarrollo industrial y, difícilmente surgen voces que le rebatan o evidencien sus concepciones.

Tal vez en su desesperación y producto de la crítica social en torno a los espectáculos denigrantes que nos brindan algunos legisladores, es que el empresario se incline por la opción de candidaturas independientes, cosa que no es descabellada si partimos del principio de que los partidos políticos han alcanzado su rango máximo de desgaste y desprestigio.

El problema, y eso debería ponderarlo el presidente de la CANACINTRA, es que quienes han llegado por la vía de la figura independiente, los partidos políticos que mantienen su hegemonía en los Congresos Federal y Local, incluido el Estado mismo, a los independientes les han generado vacíos, les han bloqueado todas sus iniciativas y literalmente los han arrinconado o hecho a un lado para convertirlos en voces en el desierto.

Sin desdeñar la apreciación del líder empresarial, creo que la formula la tendremos los electores el próximo año. Los ciudadanos conocemos el desempeño y la labor que han realizado nuestros diputados. Sabemos quiénes han hecho un trabajo serio y responsable y, tenemos perfectamente claro, quienes solo han arribado a ese espacio para hacer negocios, para usurpar funciones o para denigrar y corromper el ejercicio de la política.

En nuestras manos está el no permitir que esos individuos repitan en el cargo de diputados y que desde ahora rechacemos todos sus intentos de buscar una nueva posición y que sin vergüenza alguna ya se mueven para acomodarse, otra vez, en el Congreso Local y Federal o en la función pública.

De los ciudadanos electores depende, de nadie más, que la política no se denigre y se dignifique. Se puede lograr rechazándolos desde ahora y como mortales ciudadanos lo podemos hacer acudiendo a las urnas el siguiente año. En este contexto, el ofrecimiento empresarial de apoyar a otras figuras, ahí está, se puede hacer, solo deberán tener cuidado en no impulsar personajes que se sienten herederos de eternas memorias que hoy descansan en paz.

Hasta luego

deleoncardona@hotmail.com