TRAZOS Y SOMBRAS
Fernando Díaz de León Cardona
Este domingo, miles de mexicanos a los que la Cuarta Transformación les ha dado por llamar Conservadores, Neoliberales, Curros o Fifis, saldrán a las calles para decir “el INE no se toca”, y para rechazar el famoso “Plan B” de la Reforma Electoral que propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador.
De todos esos mexicanos que no chairos, ¿sabrán con exactitud el contenido de dichas reformas? ¿Conocerán a profundidad si en realidad afecta o no a la democracia o a las instituciones? ¿Acaso sabrán que con esa iniciativa se terminará con una vieja burocracia que solamente trabaja en tiempos de elecciones?, lo dudo.
En San Luis Potosí, para empezar, ¿Qué organizaciones o figuras de la llamada sociedad civil son los que están convocando a la marcha que culminará en Plaza Fundadores? Pocos o nadie lo sabe, mucho menos los conoce excepto por algunas notas o fotos que medios afines al propósito han publicado.
Es evidente que, ante la imposibilidad legal de haber modificado las leyes electorales y su estructura, el presidente de la República está montado en su macho para pasarse a formar al presidente del INE, Lorenzo Córdova y a toda esa burocracia que viene arrastrando desde hace años. Que, si el Instituto es confiable, que, si ha favorecido a partidos políticos o que es una institución al servicio de los conservadores, pues ese es otro tema sujeto a mucha discusión.
Por lo pronto, consejeros del Instituto Nacional Electoral y su extravagante burocracia se han defendido como gatos boca arriba para evitar les quiten el privilegio del ingreso insultante y ostentoso que reciben. Los partidos políticos que se sienten afectados por la reforma electoral, PAN-PRI-PRD-PMC y otros, ya preparan los amparos ante la Suprema Corte de Justicia para evitar que prospere la iniciativa presidencial.
Seguramente habrá muchas sorpresas porque nadie puede olvidar que en el Poder Judicial de la Federación o en la Suprema Corte misma, permanecen jueces o magistrados que siempre han estado al servicio de los poderosos y se han identificado plenamente con lo más reaccionario y conservador de este país. Es cuestión de observar todos los amparos concedidos para tratar de neutralizar o volver improcedentes las iniciativas presidenciales.
La pregunta sigue en el aire: ¿En verdad sabrán a que van o contra que luchan quienes marcharan este domingo?. ¿Tendrán plena conciencia a que intereses están sirviendo o simplemente es mera calentura para demostrar que son abiertamente opositores a la 4T? Todo indica que sí, porque en definitiva nadie habla ni toca los aspectos neurálgicos de la reforma electoral.
En calidad de mientras, a Lorenzo Córdova a Ciro Murayama y a otros consejeros afines con la derecha ultraconservadora ya se van y les cantarán las golondrinas. El tiempo se les agotó y lo que este domingo suceda no es otra cosa que patadas de ahogado. Lo cierto es, que la narrativa de la Reforma Electoral ha girado en torno a una ignorancia enciclopédica de los opositores a la 4T y su último recurso es el insulto y el discursos de odio, ya lo verán.
Hasta pronto
