En Estados Unidos y España existe alarma entre la población ya que aseguran que la vacuna contra la gripa ha resultado un fracaso toda vez que en lugar de prevenir este padecimiento lo empeora, por lo que los riesgos pueden ser mayores si se vacunan.
Médicos reconocidos señalan que la vacunación ha sido un fracaso porque no es efectiva, además de que los efectos colaterales son muy serios, entre ellos señalan que la vacuna contra la influenza puede causar el Síndrome de Guillain-Barré que es una parálisis ascendente, un trastorno fisiológico que implica parálisis parcial o total del cuerpo y se debe a que los anticuerpos reaccionan ante la presencia de otros anticuerpos.
Asimismo señalan que la tasa de efectividad de la vacuna no pasa del 15 por ciento en todos los estudios serios, además de que genera más alergias e infecciones, “la vacuna produce gripe y la gente no lo sabe. Yo tengo pacientes con neumonía, con bronquitis y la desarrollan 48 horas después de vacunarse”, señaló uno de los médicos que denuncia este hecho.
Expuso que hace dos semanas vio el caso de unos padres responsables que deciden aplicar la vacuna contra la gripe a su hijo y a la semana el menor desarrolló neumonía.
En cuanto a los adultos expuso que hay estudios muy serios que se realizan desde hace 10 años y donde se advierte que las personas que se vacunaron en los últimos años desarrollaron Parkinson. “Y esto es muy serio los pacientes llevaban los últimos 7 años aplicándose la vacuna contra la gripa, mi recomendación es que no se vacunen contra gripe, no sirve en Estados Unidos”.
Dijo que si bien no debe caerse en pánico si es necesario tomar en cuenta los daños que se ocasionan, además recomendó prevenir este padecimiento con vitamina C y D que es el antídoto para la gripe aviar.
Cabe señalar que en Estados Unidos ya hay una institución creada específicamente para detectar todos aquellos casos en que la vacuna contra la influenza ocasione el Síndrome de Guillain-Barré, es el Vaccine Event Reporting System y los casos positivos han sido confirmados tanto a través de entrevistas personales con los que adquirieron el síndrome, como con los mismos proveedores de la vacuna. La incidencia porcentual de estos casos ha aumentado al doble de los que la vacuna provocaba hace apenas una década.
El síndrome puede desarrollarse hasta 10 semanas después de la inoculación y el riesgo de adquirirlo va asociado a la edad, el sexo y la temporada de vacunación, en la que la incidencia crece. Este riesgo aumenta cuando se trata de personas mayores de 25 años;






