En la medición hecha por MORENA, era demasiado evidente que la ex directora de los Servicios Salud, Mónica Liliana Rangel, resultara la mejor posicionada en el apartado de “conocimiento que la población tiene sobre determinada figura”, pues para bien o para mal, durante más de un año, la priista y ex funcionaria del gobierno de JM Carreras, tuvo una continua presencia exponencial en medios con motivo de la pandemia.
Sin ser oficial la información, sino producto de una filtración hecha por la dirigente del SITGE; Mónica Rangel, apareció efectivamente en el primer sitio de las 5 aspirantes a la candidatura al gobierno del estado; era de esperarse, pero, – lo que no se ha dicho, es que, de las 5 postulantes a la nominación, Mónica es la más frágil y vulnerable de todas, esto debido a los señalamientos de corrupción, mentira y traición que le han hecho varios sectores de opinión.
Pese a haber negado la cruz de su parroquia, Mónica Liliana Rangel, rechazó varias veces pertenecer al PRI pese a que le demostraron haber sido integrante del principal órgano colegiado de decisión tricolor que es el Consejo Político Estatal. Refutar ese hecho hizo aparecer a la ex funcionaria del gobierno priista como mentirosa, aunque al final del día es pecata minuta, está claro que, si en algún partido la traición es costumbre es en el PRI.
Pero eso no es todo. Mónica Rangel es altamente frágil y su desempeño al frente de la SSA la condena. Las acusaciones formales y embestidas mediáticas por actos de corrupción, será oro molido para sus adversarios en contienda en caso que fuera la candidata de MORENA. ¿Hasta dónde serán capaces de llegar la organización Ciudadanos Observando y actores como el diputado Edgardo Hernández, que han sido incisivos y contundentes en sus señalamientos? Solo ellos lo decidirán, pero de que las acusaciones están pesadas, lo están.
Otro aspecto profundamente cuestionable para la ex secretaria de salud, fue el hecho de haberse retirado del cargo para buscar ser candidata de un partido al que no pertenece, justamente en el peor momento de la pandemia y en medio la crisis de salud que se generó por el aumento de contagiados y muertos por coronavirus. Hasta ahora, en el común denominador, yo lo único que he escuchado de la gente es rechazo, condena y repudio por una ambición a la que la doctora Rangel llama un honor, sueño y privilegio.
A como se las gasta la galena, hay quienes auguran que, “si llegara a ser gobernadora,” “aventará la toalla a medio camino para intentar jugar la presidencial en 2024 o cuando menos pretender la titularidad en la Secretaría de Salud Federal,” mínimo. “Si fue capaz de dejar tirado el changarro en los momentos más difíciles de la crisis sanitaria, ¿qué se puede esperar de ella?”, han expresado indignadas decenas de potosinas y potosinos.
Pero suponiendo sin conceder que esos señalamientos no sean lo más grave, para Mónica Rangel, el punto crítico es el rechazo y veto impuesto tanto por la dirigencia estatal de MORENA como por la militancia misma. Ante todo, lo anterior, ¿Qué podrían esgrimir o argumentar los líderes nacionales de MORENA? ¿De qué Mónica es la más conocida entre la tropa o la ciudadanía?, pues no sería válido ni contundente, en todo caso postulen a Paola Longoria o a Ana Bárbara, por lo menos están presentables y serían más rentables.
Por otro lado, ¿Cómo es que a la doctora Rangel se le ocurrió despertar un día queriendo ser gobernadora por un partido que no es el de ella? Las sospechas y las lecturas son muchas. Por un lado, existen teorías que apuntan a que infiltrar a Mónica en el proceso interno de MORENA fue una jugada perversa del gobernador Juan Manuel Carreras. Otros dicen que sí, pero no, y que pudo ser algo concertado con el presidente López Obrador o con Mario Delgado.
En cualquiera de ambas hipótesis, ¿a que estaría jugando el gobernador? ¿A terminar de enterrar al PRI, al PAN y al PRD?, o bien, ¿perfilar y consumar un doble juego apostando en dos bandas para salir bien librado de su mandato? Puede ser, suena fantasioso, pero en política la perversidad no tiene límites. A fin de cuentas, son ellos quienes están decidiendo el destino de los potosinos; uno solo observa y trata siempre de ser lo más objetivo que sea posible.
Visto en esa perspectiva, yo solo agregaría un apunte y ahí se los dejaría: ¿Quién, al término de todo este conflicto y embrollo por alcanzar la nominación en MORENA será el mejor beneficiado? Fácil de suponer o intuir, por lo pronto, en gran parte del territorio potosino ya muchos sienten lo que el sentido común dicta: “Están preparados para transitar al semáforo verde”.
Hasta pronto
