A partir del mes de septiembre, la entidad potosina comenzó a registrar una leve, aunque importante disminución de contagios y muertes causadas por el maldito bicho del Coronavirus. Por supuesto que, para la Secretaría de Salud, esto no es casual ni fortuito. Si a la mitad de la crisis sanitaria, por momentos se deslizó que el alarmante incremento de infectados habría sido por la irresponsabilidad de la sociedad, ahora que hay cifras alentadoras y se nos dice que “todo es resultado de las acciones preventivas que se han implementado”.

Con ese ancho capote, es difícil que la titular del ramo, Mónica Liliana Rangel, y los delegados del ISSSTE y el IMSS, admitan que desde que inició la pandemia se hayan cometido errores graves. Veamos: Pese a que existe un Consejo General de Salud en el Estado con autoridad y facultades para tomar decisiones, este se ha mostrado, hasta hoy, inmóvil y sumiso a las determinaciones que dicta el centro a través del equipo que conduce el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell. Y no porque sus integrantes no tengan iniciativa propia, sino que la línea es la línea y punto.

Desde luego que no se trata de buscar culpables, porque claramente está que, en el crecimiento alarmante de contagios que se tuvieron durante los meses de julio y agosto, todos los potosinos por igual fuimos responsables, solo que aquí, – hay que decirlo, – las autoridades de salud como instancia primera deben asumir que se mostraron blandengues desde el principio. El resultado ahí lo tenemos, San Luis Potosí se acerca a los 30 mil contagios y los 3 mil muertos que la propia titular dijo no oficialmente al inicio de la pandemia.

Y es que, una, ¿Qué esperaban cuando por una decisión de México, las autoridades locales aceptaron mover a la entidad del semáforo rojo al color naranja, justo cuando la intensidad de la pandemia registraba un alza preocupante de infectados? Obvio que esta decisión equivocada provocó que los contagios y el número de muertos aumentaran considerablemente, porque no existió una estrategia efectiva para controlar o contener la movilidad.

Otra, ¿Acaso no fue demasiado tardío hacer del uso del cubrebocas una medida obligatoria entre la población para disminuir los riegos del contagio? En el transporte público, en el transporte colectivo de la zona industrial y en el taxismo, la decisión se demoró bastante, se actuó con tibieza y se dudó imponer como de ahuevo el uso obligatorio del dispositivo protector.

¿Acaso no fue hasta el mes de agosto, cuando en las conferencias mañaneras vimos a los jefes sanitarios apenas utilizando la mascarilla, retirándosela incluso, porque supuestamente se viciaba el audio de la transmisión?

Desde el mes de marzo y en los meses posteriores, las autoridades de salud en el estado, hicieron caso omiso al uso del cubrebocas porque para el doctor Gatell no era un dispositivo científicamente eficaz ni necesario. Eso, más la actitud del presidente de la República en negarse, (hasta ahora) a colocárselo, envió un mensaje totalmente equivocado a la sociedad que trajo como consecuencia que al más mortal de los potosinos le valiera madre su uso. ¿O no es así?

Los errores en la atención de la pandemia ahí están. El temor al confinamiento y consecuentemente el pánico a los efectos negativos de la parálisis productiva, comercial y turística se entiende. Lo que no se admite, es que esos temores se hubiesen traducido en acciones institucionales mediocres e incapaces de establecer medidas firmes y contundentes para frenar la movilidad de miles de potosinos que contribuyeron siguen contribuyendo en el aumento de contagios o al riesgo de un rebrote, que, si llegase a presentarse, Dios nos agarre confesados.

Por otro lado, nadie duda de que las autoridades de salud han hecho esfuerzos extraordinarios. La reconversión hospitalaria medio ha funcionado; las pruebas de detección de casos son óptimas pero insuficientes y raquíticas. Con sus asegunes o a medio morir tenemos hospitales suficientes; el número de camas con o sin ventilador, hasta ahora conceden tranquilidad, – sin embargo, siendo honestos, de pronto vimos como esa disponibilidad comenzó a aumentar, y no tanto porque hayan llegado camillas nuevas, sino simplemente porque los números que muestran en sus gráficas es porque la gente que las ocupo murió, seamos derechos.

ENTRE SOMBRAS

. En la elección de la nueva mesa Directiva del Congreso del Estado no hubo “agandalle”, lo que pasa es que los diputados de MORENA son muy pendejos.

. Dice el alcalde Xavier Nava, que por la pandemia no habrá alza de impuestos, ooolee. ¿No será que el chamaco no quiere que se mueva una sola hoja del árbol porque ya se acerca el 2021?

. Zorro como es, Octavio Pedroza Gaitán se anticipó al líder estatal del PAN para recibir el nuevo delegado del CEN. Esto a varios les provocó chorrillo.

. Dicen que Enrique Galindo Ceballos no busca ser gobernador, nomás presidente municipal de la capital potosina. Si el dato es verídico, será un contrapeso real en la reelección de Xavier Nava.

. Distintos al presidente de la República, los alcaldes de San Luis capital y Soledad ya se alistan para la danza de los millones que campeará en su 5º y último informe. El sexto será de trámite para uno y otro lo rendirá un presidente municipal en funciones, debido que el constitucional andará en plena campaña queriendo ser diputado federal o local.