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Navidad no debe ser fiesta de consumo y de placeres: Iglesia

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sábado, mayo 4, 2024

«En Navidad, Jesús es el centro y sin él no tendríamos Navidad», así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, en su aportación dominical titulada: «En camino con la fe ardiente y la caridad al próximo», que se publica este domingo en el semanario «La Red» de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, texto en el cual pide a los feligreses prepararse en este tiempo de Adviento para la venida de Jesús, y que no suene la Navidad a fiesta de «consumo y de placeres», que la Navidad suene Jesús, y para ello hay que preparar el corazón.

 

Cabrero Romero explicó el tiempo de Adviento prepara también a la venida de Jesús en la Navidad, como una madre espera con paz serena el nacimiento de su hijo, así la Iglesia entera se pone en estado de buena esperanza, «viene Jesús a salvarnos, es el Salvador. Y su venida nos trae alegría y paz. Nos trae solidaridad con los hijos, especialmente con los que sufren», por lo cual indicó que aunque tal vez ya los feligreses hayan empezado a imaginar como y donde va a poner su nacimiento, primero los invitó a que se preparen para Jesús, «que se sienta agusto cuando venga. Para ello limpiemos nuestro corazón, ordenemos la vida, dejémosle entrar».

 

En este mismo tenor, la editorial titulada: «limpiar, ordenar, adornar y alegrar», que se publica en el mismo Semanario, hace llamado a los fieles para que en el Santo tiempo de Adviento se preparen para celebrar el nacimiento de Jesucristo, por ello se mencionan cuatro puntos esenciales como preparación interna y espiritual ante la venida del Señor.

 

El primero Limpiar; la Iglesia Potosina pidió no dejar que las «suciedades exteriores» vengan a manchar el interior, sino que seamos capaces de limpiar aquello que lástima y nos hace menos como humanos; el segundo Ordenar, en donde se pide a los fieles revisar que cosas, sentimientos, y situaciones se han ido acumulando nuestra vida que sin innecesarias, y desechar todo aquello que no sirve, estorba, y que parece ahogar.

 

El tercero, Adornar, descubrir en el ámbito personal que cosas necesitamos para adornar nuestra vida, y la de los demás, pueden ser sentimientos, valores, actitudes, palabras, todo aquello que es bello, noble, y que se nos ha puesto en el corazón; finalmente como cuarto, Alegrar, no dejar que la tristeza y la desesperanza viva en el corazón, pues vivir con un aire de tristeza puede convertirse en un repelente para las personas, «una persona alegre siempre será punto de referencia para los demás, y este es un don que Dios nos ha dado con la firme esperanza de que nunca nos abandona».

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