“Si hablas bien de la 4T eres chairo
Y si la cuestionas eres fifí, corrupto
o conservador, vale madre.”
Con cerca de 9 mil contagios confirmados, con casi 10 mil casos sospechosos y 712 muertos en todo México al día de hoy, este martes el gobierno federal anunció el ingreso a la fase III de la epidemia provocada por el virus mortal que ha originado el deceso de 175, mil 621 personas en diferentes países del mundo y ha infectado a más de 2’ millones 546, mil 527 seres humanos.
Ante la emergencia sanitaria y crisis económica científicamente ponderable, de poco o nada han servido los reclamos, las exigencias o los llamados de sectores importantes de la sociedad al presidente de la República, para que escuche, entienda, atienda, se solidarice y apoye a un sector productivo concentrado principalmente en la pequeña y la mediana empresa en nuestro país.
Infinidad de estudios y análisis se han difundido y muchos son los razonamientos que sustentan la urgente necesidad para que Andrés Manuel López Obrador, se despoje de la intransigencia que lo define, pero no. No lo va a ser, el hombre sigue cabezudo, porque desde su elemental visión “de Estado” “primero son los pobres”; no importa que los miles de pequeñas y medianas empresas truenen, quiebren y se pierdan en el muy corto plazo cientos de miles de empleos.
El presidente insiste en que está disponible una bolsa multimillonaria para conceder créditos a la palabra por 25 mil devaluados pesos, y, para ser francos, el mandatario y los líderes aldeanos y rabones de su partido, confundieron ya la viruta con el aserrín, porque la realidad es que esa cantidad no la está destinando para empresas que generan empleo, que cubren servicios e impuestos y que pagan al IMSS y al INFONAVIT, sino esencialmente irán a changarros y a toda esa clientela político- electoral que le llaman “empresa familiar”
El presidente sigue contumaz y sigue sosteniendo que “primero los de abajo”, solo que AMLO no entendió que agarró y barrió parejo. En esa disputa histórica que huele ya a enfermedad crónico-degenerativa en contra de los conservadores y neoliberales, ya se llevó entre las patas a los emprendedores; a todos esos pequeños y medianos empresarios que creyeron en él en 2018 y que representan el 72 % de la actividad productiva en nuestro país.
En la mayoría de los países afectados por la pandemia, los jefes de Estado han admitido la necesidad de recurrir al crédito internacional para recuperarse de la crisis económica. Con apertura y visión de estadistas han logrado acuerdos nacionales porque reconocen que es preciso y urgente estimular al sector medio de la producción; desafortunadamente en México no, porque en la ceguera y obstinación presidencial eso sería sinónimo de “un rescate financiero como en los viejos tiempos”, cuando lo único que le han pedido es aplazar o diferir sus obligaciones fiscales, en fin.
Si ante las carencias institucionales para hacer frente a la pandemia, si ante la inminente caída del PIB, si ante el estrepitoso quiebre en los precios del petróleo, si ante la devaluación del peso frente al dólar, si ante el inminente cierre de la frontera norte, si ante la evidente pérdida de empleos, si ante la caída de los ingresos por la paralización brutal del turismo, si ante la irresponsabilidad ciudadana para evitar que la epidemia se propague y crezca, y; si a pesar de esta realidad el presidente sigue en la ruta de Utopía y esto no cambia, a este país ya se lo cargo la chingada….ya lo verán.
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