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Madriza de AMLO será de antología

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miércoles, mayo 1, 2024

La insistencia de Andrés Manuel López Obrador en someter al escrutinio popular la decisión de enjuiciar o no a ex presidentes de la República, se muestra como una magistral jugada de cara a las elecciones del 2021; proceso muy próximo en el que, para el mandatario nacional, su más alta prioridad es conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y de filón lograr algunas gubernaturas en los estados donde habrá cambio de titular del poder ejecutivo.

Por lo que ha dicho y reiterado casi a diario el presidente, todo mundo supone o esperaría que por lo menos 5 ex presidentes entren en la polla o en el paquete, y, no solamente dos o tres los que aparezcan en la cédula que tendría el solo reactivo, – de un SI o un NO al enjuiciamiento, pues según AMLO, todos los males de este país que están asociados con la corrupción y la impunidad, son además, resultado del nefasto período neoliberal de los últimos 36 años.

AMLO ha mencionado consecutivamente como seguros favoritos para el enjuiciamiento a Carlos Salinas de Gortari, período (1988-1994); a Felipe Calderón Hinojosa, gestión (2006-2102) y a Enrique Peña Nieto, administración (2012-2018). Sin embargo, el presidente López Obrador parece haber dejado en el aire dos etapas importantes gobernadas por el PRI y el PAN, es decir, el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) y el de Vicente Fox (2000-2006), sin mencionar a Miguel de la Madrid, y que entre los seis sumarían el período neoliberal al que AMLO se ha referido persistentemente.

Por supuesto que la expectativa de someter a la voluntad popular para que seamos los mexicanos quienes determinemos si los ex presidentes debieran ser sujetos de enjuiciamiento son descomunales, enormes. No obstante, millones de mexicanos permanecen incrédulos y, aunque muy en su interior desearían ver en traje con rayas, tras las rejas y en Almoloya a varios de ellos, dudan que esto ocurrirá y sostienen que no sucederá pese a la coyuntura propicia y el momento histórico extraordinario.

Desde mi perspectiva, y, en una apuesta de doble contra sencillo, lo que, si pasará y seguro que así será, es que el presidente López Obrador “les pondrá una chinga de aquellas”. Les dará a los ex presidentes de México la exhibida de su vida con videos, grabaciones denuncias y documentos. Con las mañaneras y en sus giras por el interior del país, administrará puntualmente el escándalo y jugará con los tiempos; lo hará con pasión y a placer para llegar junto con su Movimiento, bien fortalecido al día de las elecciones.

A partir de ya y virtualmente en septiembre, una vez que formalicen la consulta, en el centro del huracán estarán principalmente tres ex presidentes. 1.- Carlos Salinas de Gortari que es gancho y referente histórico. 2.- Enrique Peña Nieto y el PRI que son causa y motivo, y, 3.- Felipe Calderón y el PAN que son monserga y objetivo. Al resto, en algo AMLO los raspará, aunque en el fondo, tanto Ernesto Zedillo como Vicente Fox, están más allá del bien y el mal, ya nadie los toma en cuenta, es más, ni quién se acuerde de ellos; de MMH menos.

La estrategia política de López Obrador está más que cantada. El propósito no será encarcelar a los expresidentes. El fin de perseguirlos y arrinconarlos es para estigmatizarlos y ridiculizarlos; para que sean objeto de condena social y con ello restarles capacidad de maniobra en el ámbito de su influencia política; a ellos y sus

partidos. Si al final del día esto favorece al presidente y a su Movimiento en el resultado del próximo 6 de junio, simplemente se dirá que el fin justificó los medios.

Si lo logra, bien para él y para millones de mexicanos con sed de justicia. AMLO, igual debe estar consciente de que el estigma como método o estrategia para vencer puede o no funcionar o que se revierta. El impacto de la Pandemia y los efectos brutales en la economía podrían modificar todo.

Hoy por hoy, ante la crisis económica, ante el fantasma de la pobreza y la vulnerabilidad en la salud, a millones de mexicanos les vale madre lo que hicieron o dejaron de hacer los ex presidentes de la República. Ellos, los habitantes del México profundo y jodido, lo único que quieren es tener salud, recuperar su trabajo y sus ingresos.

Si el presidente López Obrador lo entiende así, estará del otro lado, pero si no; si no es capaz de brindar respuestas inmediatas y a tiempo, su estrategia no será suficiente para conservarse como ahora está, y será entonces que el país tome irremediablemente un rumbo diferente el próximo 6 de junio. Habrá que esperar.

Hasta pronto

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