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Las encuestas en MORENA peor que las pirinolas: Serrato

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viernes, abril 26, 2024

Por: Amador Rodríguez

– ¿Cómo va el proceso en MORENA?, Leonel…

-«La verdad no sé…», dice Serrato.

-«Supongo que van a utilizar las encuestas, en cuyo caso es tanto peor que las pirinolas». (Tómbolas, en referencia al modo que MORENA definió candidaturas en la elección 2018).

¿No te gustan? -Pregunta el comunicador, «Es que no son reales», responde Leonel.

– ¿A quién le ibas de Porfirio o Mario Delgado?

-«No pos tan malo el pinto como el colorado» -Porfirio tiene 186 años, y Mario «es capaz de negociar lo que se le pusiera enfrente»

-Otra vez en el tema de las encuestas, a pregunta concreta sobre la que se realizó para determinar la dirigencia nacional del partido en el gobierno, dijo, «el árbitro no se debe andar metiendo en los camerinos». (¿Mario Delgado pagó la encuesta que lo hizo líder nacional morenista? O ¿La pagó el peje?)

El diálogo se desarrolló el pasado 29 de octubre en el programa de radio magnética, Noti de la Tarde, que conduce el periodista Juan Carlos Ortiz, y de contertulios Osvaldo Dios (PAN) y Edmundo Torrescano (PRI).

OSVALDO: -Las encuestas son a modo -como dice Leonel- el que las paga es el que las gana, en el PAN, en el PRI, en el PRD, en MORENA… en Júpiter y Saturno…

-Una encuesta es una designación, afirma el conductor.

-«¡Pues claro!» Además, las hace el CEN, ¿quién le conviene al jefe nacional que quede en San Luis? «Va negocia en México y luego ya la encuesta sale fulano de tal… Remató el panista.

Visiblemente alterado por un comentario del periodista, que varias veces le preguntó «si estaba enojado», el «Defensor de la Patria», hacía muecas. Guardaba silencio. Parecía ser víctima de una crisis hormonal. Mostraba, quizá, un desequilibrio entre los estrógenos y los andrógenos. O sabe qué diantres le pasó.

Con absoluta claridad y de manera pública, Leonel Serrato descalificó el método que seguramente se usará en MORENA para definir su candidato a la gubernatura. «Las encuestas son peor que las pirinolas» (La pirinola, perinola o

pirindola es un juego de mesa de azar, en el mundo real es un trompo de material duro que tiene en sus contornos distintas escrituras, que al hacerla girar y al detenerse deja una cara con la inscripción de la suerte por lo que se utiliza para jugar y hacer apuestas), «No son reales». El que se asume aspirante a candidato a la gubernatura, reniega desde ahora el procedimiento de las encuestas. ¿Se adelanta para desconocer el resultado? ¿Quiere que se consulte al pueblo? Porque el padrón de los morenos es un desmadre, el TEPJF se los echó abajo. ¿Y entonces?

Incongruente y contradictorio, en una entrevista con el medio La Noticia San Luis, realizada el 6 de noviembre, del periodista Juan Pablo Moreno, se olvida de las encuestas y se dice dispuesto a «demoler el viejo régimen en San Luis Potosí». En unos días el fufurufo olvidó el asunto, ya va en caballo de hacienda. Hace planes y los camparte. ¡Ya gané ¡Incluso afirmó que “los que somos actores principales vamos conciliar”! Todos en torno a mi candidatura. Que sea por San Luis. Que todos olviden los agravios y las descalificaciones que les he dedicado. Venid a mis muchachos, acompáñenme a instalar la cuatro té en suelo potosino.

Hay que recordarle que su enfervorizado presidente, Andrés Manuel López Obrador, ganó la candidatura a la presidencia de la República -entonces en el PRD- a Marcelo Ebrard, en noviembre del 2011, por medio de ENCUESTAS, mismas que realizaron las empresas Covarrubias y Asociados y NODO.

Los dos protagonistas -AMLO y Marcelo Ebrard- así lo convinieron y respetaron el resultado: López Obrador resultó ganador en la encuesta y fue al año siguiente candidato presidencial. ¿Habrá olvidado este dato el «tribuno»? O ¿será que en aquel tiempo -2011- aún no era un convencido izquierdista y defensor de los pobres? ¿Militaba entonces en la cofradía del santo de su devoción, San Judas Tadeo? No, en ese tiempo ejerció como funcionario en el gobierno priista de Fernando Toranzo.

Al inicio del gobierno del doctor Toranzo, -2009- Leonel Serrato soñó con altos cargos, a la altura de sus exigencias y merecimientos, como no fue el caso salió huyendo despavorido de los tratos toscos del que fuera Secretario General de gobierno, y a la sazón su jefe inmediato. Alegó que el gobernador no le había cumplido sus ambiciosas expectativas. Era florero en palacio de gobierno. Cuando hacía méritos en los gobiernos «corruptos» del PRI, AMLO tenía años en

su lucha por derribar a la «mafia del poder». El «tribuno» -término adulón de su claque mediática- entonces no sabía de la existencia de «Andrés Manuel», como le gusta llamar a su nuevo y reciente gurú. Le daba igual la corrupción y la desigualdad.

Más sobre las «pirinolas», en agosto del año 2017, Claudia Sheinbaum le ganó en la encuesta a Ricardo Monreal la candidatura al gobierno de CDMX, en la encuesta-pirinola también participaron por la jefatura de gobierno, Mario Delgado y Martí Batres. No es nuevo que los partidos del presidente resuelvan sus candidatos vía las encuestas, salvo para el ahora furibundo «Defensor de la Patria», AMLO las ha promovido, el que por lo visto no sabía de este método es justamente el recién llegado a la 4T, el locuaz notario, y hoy en traje de rey las descalifica de modo chabacano.

Pero parece que recula el ex coordinador de los programas sociales en la zona metropolitana, en la entrevista a modo que le hizo La Noticia San Luis, le dice al director del medio «desde la precampaña, buscará replicar en la entidad, el modelo que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, el combate frontal a las corruptelas». Ya se ve en la precampaña, ¿de qué manera pensará ganar la candidatura? ¿Con la «pirinola?» ¿Ya cambio de opinión? ¿Ahora sí quiere jugar -como él las llama- con las «pirinolas»? ¿Ya habrá ido a México a negociar con el CEN? Que no se nos olvide, «las encuestas no son reales», «las gana el que las paga». ¡Carajo! qué rápido cambió de opinión. Bueno, dirá su claque, «el ácido orador» así es de controvertido, de polémico, de ambivalente, como dice una cosa dice la otra, no es tramoyero, ¡es polémico!… Así es el «tribuno».

En la misma entrevista citada, se «desmarca» de Horacio Sánchez Unzueta, pero reconoció el «Maximato». El redactor apunta: «Remarcó que, bajo ninguna circunstancia, es el candidato de Sánchez Unzueta, ya que le falta nobleza de alma. “Es perverso, no apoya nada verdadero, desliza la injuria para dejar tiznado al adversario”. Será el primer tornillo que saldrá disparado en su tarea de asentar en San Luis los asertos de la Cuarta Transformación. “No soy tapete de nadie”.

Destacó -dice el entrevistador- que Sánchez Unzueta no tiene la suerte de controlarlo, enviarle una directriz ni la mínima sugerencia. “Cero, lo respeto porque es mi amigo, pero en lo político es mi adversario”. Tan fácil que era preguntarle al «tribuno» sobre la notaría que le obsequió el «perverso» de HSU. No fue un regalo menor, le arreglo toda la vida. Le aseguró el futuro, un cómodo futuro. Se vio ingrato y mal agradecido. La notaría el bocazas la obtuvo de un gobierno priista. Del PRI «corrupto» y «decadente». El autor de la teoría del «Maximato» fue, al menos, obsecuente con su entrevistado para que se fuera de la lengua (de dientes para afuera) y marcara su distancia con su «amigo»; el «perverso» HSU.

De paso y encarrerado y el papel de María Félix, como la Divina garza, se llevó en el vendaval de descalificaciones al «güerito Carreras”, -cliente frecuente-, a los macabeos y, por supuesto, a su némesis, Juan Ramiro Robledo, al que, aunque no venga al caso, le dedica siempre invectivas. Gratis, a cuenta de la casa, en cada oportunidad que tiene frente a cámaras y micrófonos lo saca a cuento.

Es probable que JRR tenga aspiraciones políticas, pero hasta hoy no las ha expresado abiertamente, se mantiene de bajísimo perfil. No obstante, el delirante notario lo trae en su cartera, madrazo tras madrazo. ¿será por encargo, o es una obsesión? Vaya usted a saber, el caso es notorio y provoca morbosa curiosidad. ¿Por qué?

Es normal en el discurso del «tribuno» arrase verbalmente con todos sus adversarios, reales o supuestos, les da arrimones a los «muchachos», a los «políticos» (como si él fuera astronauta), a los «pillos» y a los «delincuentes». En fin, pero a uno de manera particular lo trae en salsa. Nomás falta que lo arañe… o de plano que le lleve serenata. (Salvo que esté cumpliendo una importante encomienda, pudiera ser… ya sabemos cómo se las gastan los «políticos»).

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