Por: Rafael Aguilar Fuentes

Ricardo Gallardo fue muy benévolo con la actuación de las autoridades electorales, ya que el operativo de Estado para derrotarlo y robarle la elección mediante un silencioso pero efectivo accionar, ameritaba la protesta pública y la movilización de los Gallardistas.

Algunas voces afirman que la diferencia de votos no permitía ninguna convocatoria efectiva, esa es una gran mentira. Va la razón de mi dicho. En 1991 el PRI, Fausto Zapata Loredo anunciaron resultados electorales que marcaban exactamente el doble de votos para Fausto Zapata por encima del doctor Nava, leyeron bien, más del doble.

Pero eso no fue obstáculo para que el pueblo potosino que seguía al galeno denunciará la elección como un descarado fraude electoral. Este primero de julio del 2018 prácticamente se actualizó la «causal abstracta “para anular la elección es decir no hubo robo de urnas, no hubo violencia física, pero fue una elección de estado.

La compra de votos, el amedrentamiento de nuestros representantes, las actas de los resultados electorales ilegibles, muchas fueron entregadas hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Hubo gente armada cuidando el acarreo de votantes, electores que fueron borrados de las listas nominales, cambio de ubicación de las casillas operación ratón loco, etc. Ricardo Gallardo Juárez tenía la posibilidad de convocar a sus seguidores a tomar el Consejo Estatal Electoral para exigir y denunciar un fraude descarado orquestado desde palacio de gobierno y financiado por empresarios panistas y priistas que vulneraron elección y torcieron la voluntad popular.

Un poco de historia. Los tribunales electorales recibieron la orden del poder legislativo de desaparecer la «causalidad abstracta» como causa de nulidad electoral; esto lo exigió el PRI en el año 2007, porque la nueva modalidad de despojo a la voluntad popular no es precisamente el robo de urnas, sino que una elección puede ser «dopada» truqueada a base de una guerra sucia la cual está prohibida ya por la leyes electorales o por el uso descarado de recursos públicos. En la reciente campaña se utilizaron de una manera deliberada recursos para denigrar y humillar al oponente, nunca conoceremos de dónde salieron los dineros para pagar medios de comunicación nacionales, asimismo la invasión de las redes sociales con una cantidad enorme de guerra sucia; el anonimato les fue muy provechoso para apuñalar a la democracia y envenenar a la opinión pública. Ricardo Gallardo fue totalmente conciliador y pacifista, pero pudo haber encausado el coraje popular, por la humillación que sufrió la sociedad al aplicarle un fraude electoral.

Fue una elección de Estado, ya que el gobernador Carreras necesita tener injerencia en la próxima elección para gobernador, probablemente los empresarios, Horacio Sánchez Unzueta inclusive el burro rencoroso del Fernando Pérez Espinosa “Calolo”, así como su equipo político y asesores le recalcaron a Carreras que era muy importante elegir al sobrino de Sánchez Unzueta como sucesor a modo ante la ola brutal de Morena y la posibilidad de que Gallardo se postulara para gobernador en el 2021. O lo frenaban ahora o nunca. Los gobernadores en el país tenían que resguardar sus fraudes, sus robos eligiendo poderes locales que le garantizaban la impunidad y continuidad, es el caso del elegido Xaviercito Nada Palacios.

En las páginas de las redes sociales Ricardo Gallardo comentó que no quería violencia ni protestas sino reformas electorales. En la reflexión de lo sucedido, muchos compañeros Gallardístas pensamos que fue un camino equivocó ya qué se notó el robo, la maldad, la indignidad, la guerra sucia el dinero oculto que torció la elección. Dicen que el tiempo todo lo cura, pero en el caso este despojo duele la infamia difamatoria y las alianzas de muchos poderes para arrebatarnos al municipio. Ojalá me

equivoque, pero de este golpe será difícil, mas no imposible levantarnos. En muchas ocasiones platicando con Ricardo Gallardo me decía que no hay peor lucha para un líder que luchar por una administración efectiva, justa, generosa, pero a la vez útil con un pueblo que no le entiende o no la quiere. Me comentaba que estaba ansioso de regresar a sus actividades empresariales, a su rancho, que era terriblemente angustioso estar al frente de una administración pública burocratizada onerosa, y amañada . “No manda el recién electo presidente mandan los poderes facticos, reales del ayuntamiento, deudas, compromisos, la prensa el sindicato, urbanizadores etc.”, nos comentaba. Muchos ciudadanos le decíamos que tenía que continuar para equilibrar los poderes en San Luis para ayudar, tener un gobierno humano con responsabilidad social y para que fuese aceptada de manera permanente la divergencia, la diferencia de los gobiernos la izquierda.

Tal vez nunca se repita el milagro ciudadano que significó el Gallardismo tal y como se manifestó en el 2015, ya que la ultraderecha empresarial “casada” hoy con el PRI se encargara de querer exterminarnos, tal vez me equivoque, ya que se logró la votación más importante del PRD para el estado. Hay municipios, diputados locales y federales una senadora Gallardista y nuestro bastión Soledad está a salvo de los hipócritas que montados en la bestia electoral de Morena querían ingenuamente arrebatárnosla. Sé que vendrán caras nuevas, tiempos nuevos y volveremos a levantar el puño de la victoria será tiempo de un gobierno de todos. Ricardo Gallardo Juárez suportó una guerra sucia nacional que no hubiera aguantado ningún gobernador.

Enfrentó poderes locales que hubiesen hincado a cualquiera, nunca lo hizo, tuvo un enorme valor y estoicismo que finalmente provoco a fuerzas que nos robaran la elección en varias formas, las tradicionales y una guerra sucia, inmisericorde, demencial; asustaron y después sobornaron a una parte pueblo potosino. Así no vale, si no ganan arrebatan. Un minuto de silencio por la legalidad electoral y por la democracia misma.