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Imaginada como una organización genuina de carácter cívico para combatir la corrupción en todos los niveles de gobierno sin distinción  y con el impulso de diversas cámaras empresariales, colegios de profesionistas, organismos no gubernamentales y unos 300 ciudadanos, el Frente Ciudadano Anticorrupción FCA ha degenerado en un falaz membrete de las familias Nava Calvillo y Stevens Amaro para apoyar la eventual candidatura de Xavier Nava Palacios a la alcaldía capitalina, por eso muchos de los fundadores ya se retiraron del movimiento, simplemente se negaron a ser utilizados.

En las conferencias de prensa que han convocado en últimas fechas solo aparecen Manuel Nava y Hugo Stevens, en algunas ocasiones el ex panista Alfredo Lujambio, pero nadie más, las demás organizaciones y ciudadanos que dieron vida al FCA se han alejado, no quieren involucrar a las cámaras empresariales y asociaciones que representan porque son de esencia apartidista y se deben respetar los derechos y libertades de los afiliados.

Otros tampoco quieren poner en riesgo sus nombres y honras por proyectos políticos aviesos, en los que a leguas se nota la mano del ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta, quien desde las tinieblas está moviendo todos sus hilos e influencias para imponer a su sobrino político en la alcaldía capitalina y luego en la gubernatura, haciendo a un lado a los Gallardo y a Luis Antonio Mahbub Sarquis.

Por algo ya no se dejan ver en los eventos de los Nava y los Stevens, ni suscribiendo sus arengas, el combativo activista Lupillo González, ya muy cercano al senador Teófilo Torres Corzo. A dirigentes empresariales como Alberto Narváez Arochi (Nuestro Centro), Alejandro Pérez Rodríguez (Canaco), al que por cierto le llamaron la atención por andar acarreando porristas a una reunión del candidato Meade; José Luis Chalita Manzur (Vive tu Centro), que no pudo ser candidato al Senado por Morena porque Horacio apadrinó al huasteco navista Primo Dothé.

Parece que ya entendieron que no pueden andar mezclando a las cámaras empresariales en politiquerías, cada afiliado está en todo su derecho de hacerlo por su cuenta y riesgo, no hablando por los demás ni suplantando sus voluntades.

Tampoco se sabe ya del apoyo inicial de San Luis Unido, Emprendedores, Wikipolítica, Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, Colegio de Enfermería y de organizaciones de ultraderecha como la Unión Social de Empresarios de México (USEM), presidida por Ricardo Herrera Estrada. El que también se ha desaparecido es Juan Antonio Rodríguez Chessani, representante no oficial del secretario de Gobierno, Alejandro Leal Tovías, alias “El Caco”.

Los fines políticos y electorales que terminaron por dominar los objetivos del Frente Ciudadano Anticorrupción, causaron molestia, desencanto y la dispersión de la mayoría de sus principales promotores.

El frente sí mantiene el apoyo incondicional de empresarios de medios antigallardistas que se la están jugando con Xavier Nava, engañando a sus lectores, al menos por dignidad y congruencia, deberían publicar un editorial para admitir sus preferencias políticas.

La verdadera batalla contra la corrupción en San Luis Potosí no ha llegado aún, la del FCA fue un fiasco, lo que les importa es el poder no la transparencia y la rendición de cuentas, se perdió una gran oportunidad para ir al fondo de las serpientes.