La diputada Beatriz Benavente, junto con el presidente de la Junta de Coordinación Política de Congreso del Estado, Rolando Herbert, del PAN, de plano se extraviaron. Estos dos legisladores y 13 más que votaron a favor de un Punto de Acuerdo a destiempo y en la etapa más crítica de la Fase 3 del COVID-19, indudablemente que coincidieron en el pico más alto de la insensibilidad.
Desde su óptica, “ellos no observan omisiones en las acciones emprendidas por el gobierno del estado para enfrentar el Coronavirus”, “lo que ven en las calles, son a ciudadanos irresponsables que no han decidido enclaustrase en sus casas.” Vaya conclusión, y puede que en algo tengan razón, pero veamos.
Ya casi a la mitad de la Fase 3 de la Emergencia, a los señores diputados se les ocurrió “la brillante idea” de solicitar al Ejecutivo del Estado que establezca medidas para evitar las aglomeraciones en establecimientos y en la vía pública. Paso el puente del 21 de marzo, la semana santa, el día del niño, el 1º y 5 de mayo y nada hicieron.
Ya cercano al 10 de mayo, el diputado tatuado, propuso se votase un acuerdo para pedirle a JM Carreras y a la institución responsable de prevenir los riesgos sanitarios, evite las concentraciones. El “trascendental acuerdo” fue aprobado con 15 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones, de tal manera que ni en lo más elemental y doméstico los diputados se pusieron de acuerdo.
En fin, eso es lo de menos, la triste realidad, es que desde sus apoltronados espacios burocráticos o desde la comodidad de sus casas, los señores diputados “intentan legislar” y, – por la fácil, ahora resulta que los únicos irresponsables ante los cuidados preventivos y contención de la pandemia son los ciudadanos, todos esos que los legisladores ven en las pantallas de televisión o en fotografías de impresos haciendo colas en los bancos, en la vía pública o en el supermercado, pagando, cobrando, comprando o vendiendo.
Sin tener un panorama real o una radiografía aproximada de cuáles son los ciudadanos que permanecen en tránsito o en la calle, esa asamblea de vagos o pandilla de rufianes tal cual la definió en su tiempo el ahora flamante delegado de la Cuarta Transformación, Leonel Serrato, simplemente ya dijo que los ciudadanos son los únicos irresponsables, el gobierno no, y el Congreso menos.
Seguramente para Beatriz Benavente, para Rolando Herbert y para el resto de los diputados, el estar cómodamente en sus casas, en familia, holgados o con lujo, percibiendo su sueldo íntegro, más prestaciones, partidas para dietas y gestiones, y además sin desquitar un quinto, les resulte fácil señalar que los ciudadanos son los irresponsables por andar en la calle en tiempos del Coronavirus.
En lo que va de la epidemia, no ha existido un solo pronunciamiento de diputado alguno dispuesto a sacrificar parte de su ingreso para aportarlo a la contingencia. En su inmensa mayoría, los diputados ignoran o se hacen pen…tontos de la realidad brutal que están padeciendo decenas de miles de potosinos que a guevo tienen que salir de sus casas a trabajar, fletarse y asumiendo el riesgo de contagiarse para vida de regresar a su hogar con el sustento diario, para pagar la renta, la luz, el agua el teléfono, la letra de la estufa, la licuadora, el refrigerador y otras necesidades básicas de una familia.
En esos temas, los señores legisladores no se meten. No lo hacen porque son insensibles, porque son irresponsables o porque definitivamente les vale madre, al fin y al cabo, ellos están bien, con su sueldo íntegro y sin riesgos de contraer el virus como cualquier otro mortal ciudadano que por necesidad sale a la calle y que sí trabaja para poder vivir. Ellos no, los diputados están alejados de la chusma o el populacho que dicen representar, y justo en momentos difíciles como estos asumen una actitud cómoda e hipócrita.
Hasta pronto
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