Seguramente recuerda Usted aquel matrimonio guerrerense implicado aparentemente en el asunto de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. El era Presidente Municipal y ella Presidenta del DIF; no se les ha comprobado realmente nada, incluso las versiones de la PGR han sido echadas por tierra por los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pero están en la cárcel.
Estos personajes políticos sin embargo han dado lugar al terminajo de “Síndrome de Abarca” que utilizan muchos comentaristas y que va a ser utilizado aún mas, pues ese es el tema descalificador en adelante y con miras al 2018 y todavía un poco después, por las campañas electorales, por la disputa por el poder, por la contienda y por el encarnizado enfrentamiento que habrán de escenificar todas las fuerzas políticas, algunas incluso independiente, y además fuertes intereses ocultos detrás de esas luchas políticas.
De tal suerte que vamos a ver como mucha gente se empieza a glorificar y otros empiezan a ser estigmatizados terriblemente, cuántos terminarán incluso encarcelados, pregúnteselo Usted. ¿Son capaces de eso en política? Claro que sí, es la guerra; y además van a verse muchas otras cosas como la disputa por las alianzas, su destrucción, el bloqueo para que no se realicen coaliciones, la lucha al interior de los partidos etc… pero sobre todo la descalificación y la calumnia.
La mención de “Síndrome Abarca” ya se las he escuchado a varios analistas y lo que en un principio pudo parecer la verdad histórica como la acuñó el tristemente célebre Jesús Murillo Káram, entonces Procurador General de la República no puede ser más injusta contra el matrimonio guerrerense encarcelado, si consideramos lo escrito a lo largo de una concienzuda investigación de la periodista Anabel Hernández, publicada con el nombre de “La verdadera noche de Iguala” libro que me permito recomendarle por todos los hallazgos documentados y documentales, respecto de la investigación sobre la desaparición de los estudiantes normalistas de la escuela Raúl Isidro Burgos de donde egresara el propio Lucio Cabañas, guerrillero muerto por el Estado Mexicano en los 70´s.
“La verdadera noche de Iguala”, es un documento impresionante en el que abundan los datos precisos y textuales de la averiguación y en el que se escalonan muy adecuadamente los momentos cruciales sobre la actuación de las autoridades que participan en la investigación. Léalo, se llevará una sorpresa.
Sin entrar más a fondo, le diré que el matrimonio Abarca poco o nada tiene que ver con la desaparición de los 43 de Ayotzinapa: 1.No tenían un móvil para asesinar y desparecer estudiantes; 2.No tienen antecedente alguno (pese a que se intentó recurrir a dos de los hermanos de la Señora Pineda de Abarca para satanizar al matrimonio); 3.No buscaban los estudiantes protestar contra los Abarca ni arruinar el informe de la Presidenta del DIF, los tiempos en los que se dan los hechos y el arribo mismo de los estudiantes no permiten establecerlo como lo hizo retorcidamente la PGR en su momento.
Entonces el “Síndrome de Abarca” además de discriminatorio se convierte en un instrumento peligrosamente dúctil para calumniar, para hacer propaganda sesgada, distorsionada y omisiva en contra de cualquier adversario político o incluso gente cercana a otro objetivo; no es en estricto propaganda negra, pues aquí de manera impune, los que endilgan ese mágico estigma del “síndrome de abarca” no se esconden sino que con total irresponsabilidad cuelgan el “San Benito” a todo aquel que les parece “peligroso” sin comprobar ni fundamentar ninguno de sus dichos, desde atrás de un micrófono…
Lo peor es que al tratarse de un calificativo-estigma ya muy consolidado, basta un rasgo que lo identifique con lo que escuchamos decenas o miles de veces, como todas las “buenas” mentiras, para creerlo y darlo por hecho. Seguramente habrá ejemplares peores de lo que sugiere el propio calificativo, pero la democracia no puede cristalizar con medios y voceros tan irresponsables.
Nuestra ciudadanía es aún muy débil y vulnerable de conciencia, los electores en su mayoría, suelen escoger candidatos como a una telenovela agradable, con historias bonitas donde siempre triunfa el amor sobre la maldad. Deberían escogerlos cuando menos como a la fruta, donde se analiza realmente si lo que se quiere está mallugado…o de plano en pudrición… que no le calumnien su fruta.
Pedro Olvera Vázquez
