Las descripciones narrativas pueden ser utilizadas como un vehículo para comunicar ciencia a través de historias, para tener éxito y quedarse en la mente del receptor deben evocar emociones, señaló en visita a la UASLP el doctor Aquiles Negrete del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

Indicó que, a diferencia de la descripción paradigmática, se refiere a la forma especializada de explicar algún evento, la descripción narrativa cuenta una historia, haciendo la información accesible a todo tipo de público, son dos formas validas de explicar la realidad.

“Es mucho más fácil interesar a alguien a través de una historia que, si le empiezas a describir algún evento, si se quiere compartir el mensaje con un público no especializado se deben buscar maneras atractivas de hacerlo”.

Explicó que, si la historia es buena, el receptor se engancha en ella y quiere saber más de lo que cuenta la misma, lo cual lo incita a investigar más acerca del tema, para que la información tenga larga duración en la memoria debe de tener una respuesta emocional y ser práctica.

Para medir el alcance de las narrativas, se puede utilizar el siguiente método para corroborar si se cumplen o no los objetivos de comunicación científica, basado en cuatro procesos de la memoria, donde se reflejan los diferentes niveles de aprendizaje.

El primer proceso se refiere a la identificación, por ejemplo: al tener una serie de preguntas de opción múltiple, se tiene que señalar la respuesta correcta; el segundo es el recuerdo, cuando se le hace pregunta abierta al receptor y tiene que contestar algo específico.

El siguiente aumenta la complejidad del recuerdo, se refiere a cuando el receptor transmite el contenido de la historia representada en la narrativa, evaluando el contenido científico que se reproduce; y el último se refiere a la contextualización, donde aplicas la información de la narrativa en un contexto diferente, su busca un aprendizaje a profundidad.