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Al tiro Peje, te quieren joder

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domingo, mayo 5, 2024

Aparte de inaugurar los centros operativos de la Guardia Nacional y fortalecer los programas sociales, de infraestructura urbana y de salud en el estado, la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, reviste de la mayor importancia en lo político, de modo que, si alguien con sentido común tuviese la oportunidad de entrevistarlo o saludarlo en corto, lo menos que debiera decirle es: “Al tiro Peje porque en San Luis Potosí te quieren joder”.

Y es que, una vez que MORENA determinó que la candidatura al gobierno del estado recaerá en una mujer, el escenario político en la entidad dio un giro de 180 grados. Para la alianza PAN-PRI-PRD-PCP, podríamos decir, que su preocupación disminuyó cuando la dirigencia nacional del partido de la Cuarta Transformación permitió la infiltración en sus filas y decidió que fuera una mujer la que deberá contender por la gubernatura del estado.

No obstante, nadie niega ni oculta que la diabólica alianza ha comenzado a ingresar a su peor pesadilla ante la sola posibilidad de encarar a una candidata que advierte, tiene el apoyo del presidente de la República. En el contexto electoral próximo, a la coalición “Sí Por San Luis Potosí”, la elección interna de MORENA ciertamente le reduce presión, porque en el entorno en el que se están dando las decisiones es probable que conlleve a fragmentar la votación entre los muchos candidatos que estarán en la boleta.

La preocupación real de la alianza PAN-PRI-PRD-PCP es, – que luego de la magistral jugada hecha por la dirigencia nacional de MORENA, los acuerdos políticos nacionales con el PVEM logren materializarse localmente justo en el momento y en la coyuntura política propicia. Si esto es así, ni los pataleos de la dirigencia estatal de MORENA, ni los pucheros de los aspirantes que se quedaron en el camino y ni los grupos mercenarios a sueldo podrán hacer algo.

Y es que en realidad no es la gubernatura la que está en juego. Los mandos reales y formales de la Cuarta Transformación saben perfectamente que al estado de San Luis Potosí en su conjunto lo han convertido un santuario de corrupción y que ha sido mal gobernado y con poderes públicos al servicio de una minoría, saqueado, olvidado y abandonado.

Las actuales circunstancias de la brecha de desigualdad social en la que se debate la entidad se conservan intactas. Los contrastes entre miseria y opulencia siguen siendo groseros. Quien puede ignorar que no más de 50 o 60 ambiciosas familias son las que durante décadas han llevado a San Luis Potosí a escenarios de pobreza, miseria, corrupción y degradación de la vida pública.

No es pues la gubernatura, las diputaciones y las presidencias municipales lo que está en juego, lo importante o lo que está en disputa, es todo lo que gira en torno a ellas. Los intereses creados, los poderes fácticos, los selectos y reducidos grupos políticos y económicos dominantes en la capital y sus regiones, son quienes se resisten a perder los privilegios que el poder concede.

Son por definición del propio presidente de la República traficantes de influencias que no están dispuestos a perder o ver reducidas todas esas ganancias y riquezas ocultas o simuladas que se han derivado de actos de gobierno hechos sin pudor por quienes han estado al frente y al servicio de esas camarillas que le han producido un daño irreversible a nuestro estado.

No es la silla del palacio o la casa de gobierno lo que les interesa, sino poner a un gobernador o gobernadora “a modo” para seguir enriqueciéndose, beneficiándose de los sistemas corruptos; traficando permisos, participando en licitaciones simuladas, compras y ventas sospechosas, utilizando medios de comunicación como instrumentos y vía de chantaje para golpear, hacer negocios u obtener posiciones políticas, concesiones, contratos de obra y desarrollos inmobiliarios destructores de nuestras reservas naturales con pactos perversos y trafiques inmundos.

Todos esos grupos, y otros que se mueven entre las sombras de los partidos políticos conservadores, en las cámaras y organismos empresariales, clubes sociales y deportivos, medios de comunicación al servicio del conservadurismo y asociaciones o agrupaciones reaccionarias; son quienes aportan desde ahora sus activos y cantidades millonarias para torcer conciencias y comprar votos; para ofrecer servicios de imagen, promoción y destrucción o para favorecer o perjudicar las campañas de los candidatos de las otras alianzas partidistas.

Esos grupos de poder, saben que se juegan su estatus económico privilegiado y su futuro político, porque si no logran instalar en el palacio a un gobernador a modo, que responda a sus intereses económicos, pues simplemente ya se chingaron. A eso se reduce su angustia y desesperación, nunca por buscar mejorar a San Luis Potosí. AMLO los conoce y tiene claras referencias de ellos, sabe cómo, en donde operan e influyen y con quien se mueven; al presidente difícilmente lo engañan.

Las campañas negras y la guerra vil y sucia enderezada y orquestada en contra del candidato a la gubernatura por el PVEM, José Ricardo Gallardo Cardona, no es casual ni fortuita, porque es justamente de algunos de esos grupos de interés o desde las entrañas mismas del poder público de donde salen las iniciativas y los financiamientos para movilizar estructuras partidistas, organizaciones y grupúsculos mercenarios; para pagar a sicarios que se mueven como plaga en medios formales y en las redes sociales bajo la mentira y presunción de que son una especie imbatible o inextinguible.

Ignoro si durante la visita presidencial habrá mañanera, lo dudo, y, si fuera así, júrelo que habrá interesados y otros enviados con la consigna de preguntarle sobre el trillado tema de los “Gallardo”. Si no hay conferencia buscarán cualquier medio, incluso a la potosina Rosa Isela Rodríguez, Secretaria de Seguridad o a Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, para intentar evidenciarlos o ponerlos mal ante el presidente de la República.

Lo que no saben, es que el presidente López Obrador ya no se la traga ni se presta al chisme, no cae en el garlito de la politiquería o en los juegos de la subcultura de la grilla barata muy propia de San Luis Potosí.

El presidente de la República, sabe perfectamente que, en la elección de junio próximo está en juego esa lucha irreconciliable con el conservadurismo y el oportunismo político que está en contra de él y que busca por todos los medios estar por encima de los intereses sociales de la Cuarta Transformación.

López Obrador, sabe que la lucha será fratricida entre una derecha conservadora y reaccionaria potosina contra una visión social y forma de gobernar distinta que promueve y concede esperanza a todos esos sectores pobres, ninguneados, olvidados y abandonados de la sociedad.

AMLO conoce y sabe que, en San Luis Potosí, “O los vientos del Poniente y del Campestre se imponen sobre los del Oriente, Norte y Sur, o estos se imponen sobre los del Campestre y el Poniente”, no hay de otra. En sus manos está generar democráticamente condiciones favorables y dar paso a un cambio verdadero para la construcción de una mejor sociedad.

Hasta pronto

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