Toño Martíne

Desde el comienzo de su mandato en el 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó a descargar su animadversión contra los medios de información y periodistas por un deseo interno forjado en la intención política de instaurar no solo en México sino en toda América Latina junto con varios izquierdistas más el socialismo democrático del Siglo XX1.

Bajo esa misión reforzada por los acuerdos del Foro de Sao Paulo fundado nada menos que por Fidel Castro el dictador cubano en 1990 y que reunió a las organizaciones, partidos políticos, grupos de izquierda de diversos países para trazar la agenda de dominación de América Latina y El Caribe, puso en marcha López Obrador su estrategia para descalificar a la prensa por ser un estorbo para conseguir su objetivo.

La libertad de prensa tenía que ser acallada sino se sujetaba a sus delirios.
Pero no a podido conseguirlo a pesar de la artilleria de insultos, acoso, exhibiciones de presunta corrupción – si la hay en muchos casos no vamos a negarlo – pero en la mayoría bu en la magnitud de sus virulentos ataques para desprestigiarla .

En cambio, con sus ofensas tanto en las mañaneras como a través de sus redes sociales que incluyen en este segundo caso amenazas de muerte a periodistas, lo que a logrado López Obrador es enardecer a sus huestes de seguidores para mirar como enemigos impuros, aliados de los conservadores y neoliberales, chayoteros y más a los periodistas.

De ahí a las agresiones y atentados mortales contra comunicadores solo hay un frontera muy débil.

Cómo en muchas otras cosas se equivoca el presidente López Obrador pues ni Yesenia Molliinedo ni Sheilla Yoana García, muertas la tarde del lunes en Cosoleaque, Veracruz, como tampoco los otros 11 periodistas asesinados en cuatro meses de este año ni los del año pasado.el 2018 y 2019 eran sus adversarios ideológicos sino reporteros dedicados a cazar noticias, capturar la realidad cotidiana para llevarla a sus lectores.

Su retórica de odio hacia el periodismo y la impunidad que prevalece para atrapar y juzgar a los asesinos de reporteros los ponen en riesgo; exhibir sus ingresos y modo de vida peor como a ocurrido con Raymundo Rocha, Carlos Loret, Carmen Aristegui y tantos más; es despertar ideas.

Sepa presidente Andrés Manuel que en México que podrá usted continuar buscando convertirse en un moderno Simón Bolívar, peri la gente trae la libertad de expresion en los genes y el periodismo no será sometido. jamás.

Las ideologías excéntricas de regímenes fracasadas podrán deslumbrar un tiempo a quienes se privilegian de algunas de sus iniciativas, pero frente al sólido cimiento de los valores e identidad mexicanos no perdurarán.

Los periodistas son o somos garantes de las libertades democráticas y la verdad, y cada caído en la enrarecida atmósfera que a creado en México será un héroe.