Un estudio del Instituto del Colegio Marista para la Opinión Pública, con sede en Poughkeepsie, New York, reveló que, en 2012, cuatro de cada diez estadounidenses (40%) planeaba empezar el año nuevo con una lista de propósitos a cumplir. Sin embargo, 12 meses más tarde, solo el 10% dijo haberlo conseguido.

La clave para completar un propósito de año nuevo —o no— está en la fuerza de voluntad. Como todo proceso neurológico, tiene una base científica sólida aunque, por desgracia, solo la comprendemos en parte.

Por ahora, los expertos coinciden en que se origina en la corteza prefrontal del cerebro, de acuerdo con una publicación de la revista Science. Uno de los estudios más relevantes sobre este tema es el elaborado por un grupo de especialistas del Instituto de Tecnología de California, el cual analiza la importancia que tienen la fuerza de voluntad y el autocontrol en la toma de decisiones.

Según el texto, las regiones implicadas en este proceso son el córtex prefrontal ventromedial y el córtex prefrontal dorsolateral. La primera se activa al tomar cualquier decisión, mientras que la segunda actúa sobre la anterior y regula el autocontrol, es decir, la parte lógica y racional se impone sobre la primitiva, la más impulsiva.

Cuando esto falla y la parte dorsolateral es incapaz de controlar la ventromedial, la toma de decisiones se “invalida”, lo que puede deberse a cuestiones patológicas, e impide el autocontrol.

El secreto para cumplir con nuestros propósitos de año nuevo está en lograr que un lado de la corteza se imponga sobre la otra. Ve a Tec Review para saber cómo lograrlo.