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viernes, mayo 3, 2024

 

           Las alianzas transversales en 2018 se darán

Era cuestión de tiempo para que el sistema presidencialista  demostrara su existencia; Solo fue cosa de horas para que el culto al elegido se consumara. El Doctor José Antonio Meade Kuribeña, Pepe Toño para algunos igualados, será el candidato del PRI a la presidencia de la República; en el camino dejo a varios damnificados: A Miguel Ángel Osorio Chong, a José Narro Robles, a Luis Videgaray, a Ernesto de la Madrid  y a Aurelio Nuño; lo que vendrá después será solamente para darle envoltura, formalidad y legitimidad.

 

Al final del día, el destape cumplió con los ritmos y tiempos de suspenso, tal como lo dicta la ortodoxia priista. José Antonio Meade representa para el sistema político mexicano el hombre que cuenta con la capacidad suficiente para reproducir sus condiciones de existencia o sobrevivencia. México seguirá creciendo en su macroeconomía pese a la persistencia de un círculo perverso de pobreza extrema que impacta en más de 50 millones de mexicanos, aun así, el ex titular de Hacienda enfrentará otros retos mayores como el de la inseguridad y la materialización de las Reformas.

 

Meade podrá tener muchos defectos y algunas virtudes, pero quizá la más importante, es que representa el justo medio, es el equilibrio atractivo y necesario entre las dos principales fuerzas políticas en el país. Mal visto entre el panismo no es, ya se vio; tampoco en importantes sectores del priismo. Ciertamente el ex Secretario de Hacienda no es, guardando bien las proporciones y  antecedentes históricos, alguien al que se le pueda comparar con Plutarco Elías Calles, como lo presumió y presentó en sociedad Luis Videgaray, pero de que tiene todo para llegar, lo tiene.

 

El candidato del PRI, podría significar,- incluso, una transición pactada, porque en el PAN saben que difícilmente cualquiera que sea su candidato podrá recuperar la presidencia. Los visos de debilitamiento en el incierto y frágil Frente Nacional conformado entre el PAN-PRD-PMC, así como en las candidaturas independientes, alcanzarán si acaso, a pulverizar un poco el voto y con ello restar fuerza y presencia al candidato de MORENA, único y visible adversario del PRI a vencer, no hay otro ni otra.

 

Ahora bien, muy al margen de algunos amarres perros trabados en ese nivel, en el PRI, por lo menos entre los principales operadores  de la candidatura de José Antonio Meade, tienen muy claro que en los próximos meses y hasta el 2 de Julio de 2018, deberán transitar en la ruta de los acuerdos y pactar alianzas con fuerzas políticas locales y regionales, (no necesariamente priistas) que le garanticen al candidato presidencial una buena suma de votos que gobernadores débiles y un PRI solito o por sí mismo no lograrían.

 

Visto en esa perspectiva, en el contexto local no se descarta  que los verdaderos operadores políticos  del candidato presidencial busquen acercamientos para establecer acuerdos “seguramente no oficiales pero si formales” con figuras que tienen una presencia política real que, además de tener la aceptación ciudadana en la zona metropolitana de San Luis Potosí, tienen los votos que bien podrían marcar la diferencia estatal entre el PRI con respecto al PAN o MORENA.

 

Un pacto de esa naturaleza a nadie extrañaría o sorprendería, puesto que ya se han dado. Esos acuerdos existieron en el 2009, los cuales contribuyeron al triunfo del priista Fernando Toranzo Fernández. Posteriormente, en 2015, todos los saben, los votos Gallardistas fueron determinantes para marcar la diferencia con el PAN para que llegara  Juan Manuel Carreras al gobierno del estado. Que algunos no lo sepan o finjan ignorarlo es harina de otro costal.

 

Visto así, nadie duda que ante los escenarios próximos, las alianzas transversales con liderazgos locales y regionales se conviertan en una realidad. Estas se darán porque son necesarias y literalmente indispensables y, nada ni nadie podrán impedirlo porque es cuestión de sobrevivencia política en una lógica de  conservación y reproducción, además porque a los dos les conviene, así de fácil y sencillo.

 

 

Fernando Díaz de León Cardona

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