No es populismo, sino un arraigado  y profundo compromiso social

Es impresionante y desafortunado observar, como para algunos intelectualoides, de esos que en la profundidad de sus putrefactas y pervertidas conciencias y colaboraciones semanales suelen revelar una rara mezcla de juicios, producto seguramente de su mala formación, de su frustración y coraje; y cual cómplices de algo guarden un sepulcral silencio de lo que sucede a su alrededor.

Son esos ideólogos preocupados por saber quién es Sandra Sánchez Ruiz, son esos que  por consigna y costumbre se tornan críticos agudos. Son los que cuestionan los programas sociales de tortilla barata, son  los que critican la instalación de purificadoras, los apoyos a madres solteras, a niños y ancianos, a los programas alimentarios o  apoyos de becas y estímulos para la educación.

Para ellos, todo lo que gira en torno al palacio del gobierno estatal nada es motivo de atención, nada está mal y todo está bien. Y es que su objetivo no se llama Juan Manuel Carreras u otras familias de abolengo y pudientes; a todos ellos, si pueden los endiosan, los lisonjean, los idolatran, les olfatean y les besan  el pedúnculo; claro, siempre a cambio de algo para hacer negocio.

Esta semana que transcurrió,- por ejemplo, el Partido Revolucionario Institucional PRI se colocó la coraza de lucero, se disfrazó en estrella de los desamparados y se fue a Villa de Reyes a repartir “sillas de ruedas” porque “el partido tiene un arraigado compromiso social con los más necesitados”, dijo su Secretaria de Gestión Social Luz Elena Arellano.

“El compromiso del PRI es estar ahí, para servir a la sociedad y para ayudar a que miles mejoren su calidad de vida”. Esa entrega de sillas para personas con alguna discapacidad, no las aportó el gobierno del estado sino que fue resultado de una gestión hecha por el CEN priista, ¿de dónde salió o con quién se amarro el apoyo? Solo ellos lo saben.

Lo cierto es que la publicitada ayuda humanitaria del PRI llegó, ¡ha! pero que no lo hubiere hecho el gobierno de Ricardo Gallardo, porque esos ideólogos rabones ya estarían lanzando severas críticas y preguntándose de donde salieron los recursos! Ya ocurrió en alguna ocasión cuando el Ayuntamiento entregó 400 sillas a personas con capacidades diferentes.

¡Populista! y ¡Clientelar! Fue lo menos que le espetaron en ese momento al Alcalde de la capital; incluso, en el cuarto de guerra priista, llego a exponerse que algo se tendría que hacer para impedir el avance del Gallardismo, solo que  hubo un diputado que les salió más cabrón y les dijo: “Quítense de pendejadas y mejor pongámonos a trabajar porque es la única forma de vencerlo”.

Con esa advertencia, parece que el PRI entendió que la única forma de resistir y no enfrentar una nueva derrota es con trabajo. Por lo menos así lo entendió Luz Elena Arellano y por ello ese discurso que enfatiza en “un profundo compromiso social”, eso sí, esa acción no debe interpretarse “ni de populista ni de clientelar” porque para eso está ahí el PRI, “para ayudar y mejorar las condiciones de vida de los potosinos”…oleee.

Hasta pronto