No solo en el Instituto Nacional Electoral INE (antes IFE) o en los Consejos Estatales Electorales se llegaron a presentar denuncias por fraudes, robos informáticos o traspaso de datos personales a bancos, empresas de telefonía celular, Instituciones Financieras extranjeras o nacionales; sino que ahora es entre los Partidos Políticos donde se denuncian cesiones de Padrones de Militantes o Directorios de integrantes de sus estructuras operativas y logísticas a cambio de algo y para efectos de proselitismo electoral.
Le denuncia hecha por militantes priistas en relación a que el actual Secretario General del Comité Directivo Municipal del PRI, David Alanís Córdova entregó el padrón priista de la capital potosina y con ello el directorio con nombres, domicilios y teléfonos celulares de sus integrantes no es un asunto menor y enciende los focos rojos tanto en el PRI como en el PAN, partido este último que podría verse beneficiado con una información que costó en campo un buen tiempo y bastante dinero para elaborarlo.
De lo expuesto en el primer párrafo, consideramos que nadie podría negarlo pues como simples mortales, es común y frecuente recibir en casa o en nuestros celulares, llamadas telefónicas de bancos, de empresas de telefonía móvil, agencias de viajes, o incluso de bancos internacionales para ofrecer sus servicios, una tarjeta de crédito o un viaje. Ninguna de esas empresas tienen bola de cristal ni son magos como para tener en su poder nuestros datos personales, sino que evidentemente es información que han obtenido, comprado o hurtado de las instituciones electorales del estado.
En el caso específico del PRI, donde se le entregó el Padrón de la Estructura a una persona que se presentó en sociedad como candidato independiente y que ahora busca ser postulado por el PAN a la presidencia municipal de San Luis Potosí capital, el tema adquiere relevancia y seriedad toda vez que elaborar un Padrón o actualizar un Directorio de 3 mil 500 integrantes de las estructuras tricolores no es cosa simple, se lleva tiempo, se hace por encargo y tiene un costo elevado por ser fundamentalmente un trabajo en campo y de gabinete, eso lo saben en el PRI y en cualquier partido.
Aquí el problema tal vez no sea quien, como, cuando y donde se entregó al PAN el documento que registra nombres, domicilios y teléfonos de la estructura priista de la capital potosina, sino la intención política con la que se hizo. Si David Alanís lo entregó a título personal o a cambio de algo es muy su problema, pero si lo hizo por encargo, por la actitud oficiosa de otros o por especial recomendación del primer priista del estado, que grave y que gacho para la militancia del PRI que desde ahora ya se siente traicionada.
Se siente traicionada porque en el PRI se ha guardó, mucha discreción respecto de quien será su abanderado o abanderada a la Alcaldía capitalina, siendo que en el fondo existe el propósito y la consigna de apoyar al candidato que postule el PAN. Lo harán,- dicen sus estrategas, de manera subterránea, untando y aceitando bien a la estructura que se deje engañar o comprar por algunas monedas para impedir a como sea y al costo que sea que el proyecto político Gallardista avance.
Si esto es así, ya metieron en un berenjenal a los votantes tricolores, porque un día antes o el mero día de la elección, a los priistas les dirán que deberán cruzar las boletas en favor el PAN, de tal manera que, a quien postulen para la Alcaldía solo andará haciendo el ridículo y sin la mínima posibilidad de sumarle votos a su candidato presidencial José Antonio Meade; obvio en el PAN será a la inversa, porque los votos serán para Ricardo Anaya pero no así para el PRI.
