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¿En dónde habrá más tristeza, que en el rostro de un niño triste?

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viernes, mayo 3, 2024

La vida, entre otras muchas de sus bondades me ha conducido por  caminos en donde he tenido abundancia de jefes. Algunos medio tontines, otros muy listos. Y en verdad, que casi todos tercos, –de esos que quieren comer chicharrones sin matar al puerco–. En el ámbito sindical, uno de estos jefes, recurrentemente decía. ‘’entre más vivo, mas bebo’’.

Trastocando la frase original que señala ‘’entre más vivo, mas veo’’. Obviamente en referencia a los problemas sindicales que se presentaban En apariencia pequeños,  Pero que de pronto se concatenaban con otros medianos o mayores, volviendo al pequeño problema, un hibrido difícil de solucionar. Ese jefe, bajo esas condiciones, señalaba, ‘’entre más vivo, mas bebo’’.

‘’Entre más vivo, mas veo’’, hermoso vivir en donde  se ven amores que nacen y algunos lueguito mueren. Ya sean propios o ajenos…platita que llega e igual se va. Salud extraviada que te provoca llanto o agradecimiento cuando es recuperada en vos mismo o en alguien por ti amado.

En fin. Vida que no deja de ser un devenir del tiempo, segundo a segundo. Y en donde el presente solo dura el tiempo de un suspiro, empoderándose de la vida el pasado, junto al mismo olvido.

Ciertamente que somos dados a “comer   olvido”, de la  misma forma prontito nos acostumbramos a la vida que vivimos. Borramos de nuestra mente a quien cayó abatido, a un lado o frente a nosotros  por un tiro del 45. Pero, lo que no debo ni puedo olvidar. Es  el rostro de un pequeño, un infante, un niño. En quien sus ojos empequeñecen o se agrandan –pero que todos sabemos y lo soslayamos, Que la mirada de esos ojos nos reclama–.

Porque no son otra cosa que el reflejo de un sufrimiento sin respuesta. –sin respuesta ni remedio para él–. Ese rostro de tristeza extrema que no tuerce la nariz. Pero que si trueca la piel  al color verde y de ahí al amarillo de vomito. No del verde perico de la hoja que se muta en dorado junto con el verano. no. el niño destila colores mustios porque no sabe que le ocurre.

Hambre, frio, soledad, el dolor fantasmal que proviene de extremidades cercenadas. Riñón extirpado, brazo o patita que ya no están,  –como ausentes  son los hermanos y el papá–. No son éstas, imágenes exclusivas de un reportaje televisado proveniente de una frontera de países en guerra. no. Que chingaos…esas caritas, –rostros vilipendiados del Cristo–.

No se pueden ver porque no se quieren ver. Voltea la cabeza el adulto, la sociedad, iglesias y gobiernos. Por razón de que tienen sus propios problemas.  Acrecentados y magnificados, que impiden ver el rostro macilento del niño, que ahí está, sin saber la razón del porque todo lo malo le ocurre.

Estos infantes son hijos de una matriz abrumada, abandonada. Mujer Sin posibilidades reales de conseguir algún empleo, ¿Cómo?       Si no lo encuentran ni quienes estudiaron para obtenerlo.

Menos aún encuentra trabajo la mujer que usa ‘’patas de gallo’’, esas que ahora nombran ‘’sandalias para el baño’’. Con  hule tan blando como el propio corazón de una monja clarisa. Suelas desgastadas ausentes de tacón. ‘’la pata de gallo’’ no impide que el talón raspe el piso, estos talones son más duros que la llamada ‘’laja sangre de pichón’’.

Basta cruzar las vías, atravesar la calle, el  camino, o adentrarnos al callejón. Para ver a la mujer-madre y su rostro triste…pero los infantes, con ojos chicos o grandes, nos muestran la tristeza que en ningún otro rostro podemos ver con tanta claridad, tristeza de niño que las religiones debieran adoptar como ‘’pecado capital’’… ’’Entre más vivo, mas veo’’ y no se dejan de ver, todo lo contrario, cada día se ven más pequeños. Dicho esta. –

¿Habrá algo más triste que la carita de un niño en ausencia?–. Porque es un hecho que no están ahí en donde los vez. La carita de estos niños no se desencaja como suele ocurrir en el rostro de alguien quien pierde amor, fortuna o sufre la pérdida de un muy amado. No. Desencajarse tiene connotaciones que nada tienen que ver  con ‘’la tristeza de un niño desvalido’’, es decir, –un niño que no tiene de que valerse–, pues a la sociedad misma no le importa nada.  Aquí,  allá, ni acullá.

Larga ha sido mi vida. Y a veces me siento y pienso. Las más de las veces nadamas me siento. Pero en mi pequeñez he visto que hay géneros, hombres y mujeres. Y se descubre el que, en esa proporción de 50% señalada por el gobierno, la pobreza es vigente.

Esa cantidad, obligadamente habla sobre la mitad de hombres y la otra mitad mujeres. 50 % de la población en pobreza, indica que esta cantidad de humanos, son esclavos de hombres ricos. Esclavos son,  sin más tratar de buscarle mangas al chaleco. No es necesario entender lo relativo a materialismo histórico y materialismo dialectico… Esclavo es esclavo aun y que le adornen con el apellido de ciudadano.

Pero estos esclavos tienen a sus esclavas en la casa. No soy feminista. Pero es evidente que la mujer del pobre, es esclava del hombre pobre… ¿y los niños?…pues esclavos son, de los esclavos que tienen esclavos….el que tenga oídos que escuche, el que tenga ojos, que vea. Según dicen, dijo, el que vivió diciendo cosas.

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