Dos o tres funcionarios del gabinete estatal podrán decir que están exentos del cese, de la remoción o de la reasignación del cargo, – pero, ninguno en realidad, puede afirmar que esta seguro.

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona, – ya lo he mencionado, es un verdadero tractor en el trabajo y el que no se acople, se ajuste o se comprometa con su proyecto o programa de gobierno, tendrá que resignarse a buscar otros horizontes.

Fueron muchos años perdidos. Transcurrieron décadas de saqueo, simulación y engaño que hicieron de San Luis Potosí un estado política y socialmente confrontado, pobre, atrasado, mediocre, escasamente competitivo e irrelevante en el contexto regional y nacional, de tal suerte que, nadie, puede darse el lujo de tirarse en la hamaca y sentirse firme en su cargo.

San Luis Potosí y el actual gobierno, requiere y exige entrega y dinamismo. Los problemas están en las calles de la capital y en los 57 municipios restantes.

Todos, sin distingo, enfrentan serios problemas de segregación, desintegración social y económica, de manera tal que ningún funcionario puede darse el lujo de sentarse a contemplar o a estar atrapando moscas y no adaptarse al ritmo de trabajo que impone el gobernador Gallardo.

En su gran mayoría, – ya lo he mencionado, son buenos y excelentes funcionarios, sin embargo, algunos no se dan cuenta del enorme reto que representa el compromiso histórico del gobernador. O se ponen las pilas o se van, así de sencillo es el carácter del mandatario.

Algunos, tal vez, llegaron todavía mordiendo el rebozo y, – otros, trabajan creyendo que ya la hicieron, sin embargo, deben asumir que el desafío es mayúsculo. Para ello se luchó y por ello El Pollo soporto tantas bajezas y se partió la madre a lo largo y ancho del estado en su campaña.

Nadie más que el gobernador, sabe quiénes han sido útiles y eficientes, antes y después. Aquí no solo se requieren lealtades sino capacidades demostradas. En el gabinete gallardista existen funcionarios comprometidos y con buenos resultados.

Tampoco se trata de demostrar pluralidad porque los nuevos tiempos de la política y la democracia lo imponen, mis polainas. Gallardo tiene gente valiosa y no puede permitir que le impongan o le muevan el tapete. Ni los de adentro, ni los de afuera.

Que no esperen los de la oposición o sus detractores un cogobierno o reparto fácil de posiciones, ellos nunca se las concedieron, por el contrario, los persiguieron y aun tratan y buscan hacerlos perros del mal.

Sin llegar al autoritarismo, Ricardo Gallardo debe ejercer el poder. Para eso se llega, para eso se luchó por años y, si se tiene que modificar la estructura actual del gabinete, pues tendrá que hacerse, sin presión alguna, no pasa nada.

Lo importante es el ejercicio pleno e inteligente del poder. Ceder o entregar no es debilidad sino un acto de prudencia política.

Nunca como ahora, es el gobernador del estado quien define, determina y lleva la agenda política. Antes no era así. Otros poderes facticos la imponían y el mandatario en turno era rehén y tenía que bailar al ritmo de los poderosos.

Hoy, creo que eso ya paso a la historia, al menos así lo veo, hasta ahora.

Hasta pronto