CAMINANTE
Toño Martínez
Quedó claro otra vez: México, o más bien el Gobierno de Claudia Sheinbaum, seguirá bailando al son que le toque Donald Trump y sujeta al juego del «Ahí viene el lobo», con el asunto de los aranceles a exportaciones mexicanas industriales, agropecuarias y en tecnologías.
No hay nuevamente nada de fondo que celebrar a raíz del telefonazo entre la presidenta Sheinbaum y su homólogo de los Estados Unidos, a excepción de la segunda pospuesta temporal de los aranceles, pero no cancelación .
Eso sí sobre, no podemos quitar el mérito a la mandataria mexicana del detente momentáneo, pues aunque sea forzada por las exigencias de Donald Trump, está fortaleciendo el combate a la delincuencia organizada y aminorando la emigración y agilizando las extradiciones de criminales a Estados Unidos, no le hace que haga berrinche su antecesor que buscó siempre la forma de consentirlos.
Demuestra Clau capacidad, habilidad y firmeza.
Un mes el nuevo lapso de Trump para posponer el incremento de aranceles tanto a México como a Canadá, sus socios en el Tratado de Libre Comercio y lo más que pudiera ocurrir el 2 de Abril que puso de fecha el tormentoso Donald, sería una disminución del porcentaje arancelario y de tarifas anunciado, así como selectivizar y recortar la lista de artículos aplicables.
Lo que si no debe hacer la presi Sheinbaum es celebrar el próximo domingo la concentración en el Zócalo de la CDMX para informar sobre las negociaciones, pues están en el aire.
Que no provoque, mejor negocie, no rete, mejor busque la conciliación y entendimiento con razones, aunque diversas tribus de su partido MORENA y de la 4T no lo entiendan. México al Centro presidenta no a un clan, para ahuyentar al lobo.
