Lo que esta ocurriendo en el mundo y en nuestro país, pareciera que nos sitúa frente a un escenario surrealista o una película de ciencia ficción; no es así, es la realidad brutal que enfrentamos como humanidad. Las imágenes sobre el impacto y la magnitud del Coronavirus que circulan y se difunden rápidamente en medios de comunicación y en las redes sociales, son devastadoras, aterradoras.

El rostro preocupado, la expresión de angustia y desesperada del vocero presidencial Hugo López Gatell, reflejada durante la conferencia de este sábado, nos aportó una idea de la dimensión del COVID19, de sus efectos estremecedores en la salud y en la economía de los mortales. Su enérgico llamado, – desde cualquier ángulo de percepción, – ¿debemos interpretarlo como la última llamada?… Sí, porque no hay tiempo para la duda y la simulación.

Las medidas que a partir de este fin de semana ha dictado el gobierno federal nos emplaza a todos por igual, a asumir la pandemia con total y absoluta responsabilidad. El planteamiento hecho como algo impostergable e inconfundible ya nos convocó: “O nos quedamos en casa y respetamos las medidas de protección necesaria, o irremediablemente habrá más contagios, habrá más enfermos graves y habrá muertes por la velocidad imparable e incontrolada con la que avanza y se desplaza el bicho”.

Esta y las dos semanas siguientes serán cruciales para tratar de controlar la curva ascendente del contagio. Si ustedes, si aquellos, usted o yo no acatamos las recomendaciones ya valimos madre. Ojalá y no lleguemos a un estado de excepción donde el uso de la tropa o la fuerza pública sea necesario para cumplir las medidas de autoprotección a las que claramente hemos sido emplazados.

Si esto llegara a suceder, si se recurre a un “Toque de Queda” o a un estado de Sitio” gobierno y sociedad habrán fracasado en el intento y, todo lo avanzado, todo el esfuerzo hecho será en vano porque no solamente nos mostraremos como una sociedad renuente y sorda, sino porque igual se carece de la infraestructura hospitalaria necesaria, del equipo indispensable y de las capacidades institucionales y médicas para controlar lo parece será incontrolable.

Las acciones que en el ámbito local están realizando las autoridades sanitarias son las correctas y las adecuadas, pero no son ni las suficientes ni las necesarias. Se requiere, aparte de las medidas económicas ya adoptadas por el gobierno de Juan Manuel Carreras, actuar firmes y sin contemplaciones. Fuera máscaras y estructuras débiles para la toma de decisiones. Se requiere mano firme y tomar determinaciones sin vacilaciones y sin vacíos de poder.

Hoy por hoy, en lugares de alta concentración en la capital potosina y en las principales cabeceras municipales se requiere urgentemente poner orden. Basta ya de simulaciones en el sector salud y en el gobierno de la ciudad, pues es preciso y urgente en este momento, suspender ya el “Tianguis de las Vías”, el “Mercado 16 de septiembre” y, decidir ya el cierre temporal de fondas y otros establecimientos en los mercados “República”, “Hidalgo”, “San Luis 400” y “Tangamanga”, que no son indispensables, pero sí propensos al contagio.

Con justa razón los comerciantes se sentirán y podrán decir: ¡Y ustedes nos van mantener cabrones! Claro que no, por supuesto que no, pero para ello justamente el gobierno federal y estatal ya anunció y comenzó desplegar los estímulos y los apoyos económicos a adultos mayores, para el comercio formal e informal y para los micro, pequeños y medianos empresarios.

Es cuestión de que los responsables de conducir, materializar y distribuir los apoyos económicos se pongan las pilas, para no convertir una causa solidaria en bandera política, burocratismo y lentitud, – pero, sobre todo – no permitir que este programa solidario se contamine o se traduzca en una pileta de intereses partidistas o de grupo.

No es recomendable, – lo advertimos desde ahora, – que permitan la presencia o la injerencia oficiosa de pseudo líderes sociales o redentores camarales que siempre buscan llevar agua a su molino, sino que lo razonablemente deseable es que se busquen mecanismos más rápidos, más eficientes y aplicarlos en forma correcta para repartir el dinero a todos aquellos que verdaderamente están siendo afectados.

Así pues, que, a quedarse en casa, a cuidarse usted y a los suyos… Denuncie, exhiba en las redes sociales, señale abiertamente y sin temor alguno a los ciudadanos irresponsables, a toda esa gente pendeja que le vale madre transitar, placearse, contraer o transmitir el contagio cuando bien pudieron encerrarse en casa.

Ya lo habíamos dicho, “esto apenas comienza”. Hasta pronto.

deleoncardona@hotmail.com