La elucidación de la información genética o genoma de una levadura cervecera es una de las herramientas más poderosas para su estudio y explotación.
El Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT), bajo la dirección de la Dra. Lina Raquel Riego Ruiz y con la participación de la estudiante de Doctorado Cintia Noemí Gómez Muñoz y el investigador postdoctoral Luis Fernando García Ortega, de la División de Biología Molecular, han implementado una estrategia para validar la información del ensamblaje del genoma de un tipo de levadura que interviene en el proceso de la fermentación que da origen a la cerveza. Esta información es muy útil, pues gracias a ella en un futuro, se podrá determinar el comportamiento de este organismo y tratar de optimizar los procesos industriales en los que intervenga.
La elucidación del genoma de un ser vivo es un problema complejo, pues su ensamblaje implica la obtención de una gran cantidad de información de la cual se debe determinar su orden y estructura. Ninguna tecnología actual es capaz de darnos la secuencia genómica completa de un organismo como la levadura; en cambio, se obtienen pequeños fragmentos y el orden de estos se determina encontrando similitudes entre ellos en un proceso denominado ensamblaje. El genoma de la levadura de la cerveza cuenta con aproximadamente treinta millones de pares de bases, que se ha tratado de reconstruir a partir de fragmentos de secuencias. Para ensamblar estos fragmentos de secuencias en partes más grandes, se buscan coincidencias entre ellos. Si bien las secuencias obtenidas no son del tamaño del genoma completo, sí nos muestran un panorama más cercano sobre cómo está la información ordenada en este genoma.
La estudiante de Doctorado Cintia Gómez, compartió que: “en el proceso en el que uno trata de ordenar los fragmentos de secuencias por métodos bioinformáticos, se pueden introducir errores de ensamblaje. Así que implementamos una técnica en la que comparamos la información experimental con lo que tenemos ensamblado para encontrar regiones que no coinciden, las cuales al ser analizadas, podemos saber en la mayoría de los casos si dichas discrepancias son verdaderas o no y así proponer un mejor ensamblaje”.
Este descifrado del genoma de levadura ha sido el punto de inicio de otros proyectos genómicos en los que IPICYT demuestra su capacidad para resolver problemas de alto nivel científico. Cabe resaltar que esto es investigación básica, en la que el sector privado está invirtiendo para mejorar sus procesos, lo cual como nos dice Cintia: “es una gran puerta para que en un futuro se realice investigación aplicada, con el conocimiento que estamos construyendo hoy en día”.
