16.4 C
San Luis Potosí
spot_img

Si Meade no remonta, la opción del PRI podría ser Margarita

spot_img

Entérate

Últimas Noticias

viernes, abril 26, 2024

A poco menos de dos meses y medio de las elecciones federales, las empresas dedicadas a medir la intención del voto, han desatado literalmente una guerra de cifras y porcentajes. En su mayoría, hasta ahora las casas encuestadoras le conceden al candidato de MORENA, Andrés Manuel López Obrador una holgada ventaja sobre Ricardo Anaya del PAN y a José Antonio Meade del PRI.

Para esas empresas, lo que cuenta mediáticamente son esas marcadas diferencias porcentuales que no miden  los efectos de un proceso centralizado que podría generar embudos riesgosos y peligrosos el día y después de la  elección. Las campañas negras y los discursos de rencor, anticipan que no habrá una aceptación fácil a un resultado  que comienza a reunir todos los ingredientes de un conflicto postelectoral.

La tentación del madruguete para salir a medios y cantar victoria antes de que el INE dé a conocer tendencias, no necesariamente será al cierre de las casillas el día 1º de julio, de hecho ya está cantado y es López Obrador quien lo ha adelantado. En su postura anticipada, nadie ha medido,- por ejemplo, las condiciones de incertidumbre y fragilidad institucional y los riesgos de la desconfianza en que transita el proceso electoral.

Conforme se manejan porcentajes de intención del voto, si López Obrador gana la elección presidencial, esos riesgos disminuirán porque entonces se instalará en el colectivo social una percepción de que la elección fue limpia, transparente, justa y democrática, pero si el candidato de MORENA pierde, se argumentará que hubo juego sucio, se hablará de fraude, de una conspiración de la “mafia del poder” o de una elección de Estado que un fuerte segmento de la población mexicana no aceptará, lo que podría generar un grave problema de incertidumbre y legitimidad.

Fuera de las encuestas, los argumentos de que Jaime Rodríguez “El Bronco”, ingresó a la boleta para restarle votos a López Obrador siguen firmes. Otros, opinan que la inclusión de Margarita Zavala, igual fue para disminuirle votos a Ricardo Anaya. Nada es descartable y una cosa es cierta:

“Si de aquí al 15 de junio, José Antonio Meade no remonta en las encuestas y no empareja las preferencias con López Obrador, nadie dude que la transición será un hecho y que podríamos estar en presencia de un escenario semejante al año 2006 cuando el PRI dejó huérfano a Roberto Madrazo y se la jugó finalmente con Calderón.”

La incógnita es si esta determinación de sobrevivencia política se inclina en favor de Ricardo Anaya o hacia Margarita Zavala, que finalmente sería lo más lógico y probable. Al PRI le resultaría complejo inclinar la votación para el candidato de la coalición PAN-PRD-MC cuando todo mundo ha visto y escuchado que este oponente no se ha cansado de señalar a un PRI corrupto, a ese PRI que dice él, ya se va.

¿Cómo podrá el PRI mover a sus gobernadores, a sus diputados, a sus Alcaldes, a sus liderazgos, a sus sectores y organizaciones para pedir a los priistas que voten en favor del candidato del PAN cuando de corruptos no los baja? Se ve difícil por un simple principio de error de cálculo y por la ruptura propiciada y reforzada en el discurso agresivo del mismo  Anaya. En fin, todavía falta.

deleoncardona@hotmail.com

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
%d bloggers like this: