En la “guerra de los adoquines” nadie gana, nadie pierde, solo San Luis Potosí

Muy simplista y corta de visión la hipótesis que sostiene que el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta hizo caer en la trampa al Alcalde Ricardo Gallardo Juárez, al haber logrado que respondiera a un impreciso desplegado y con ello presentarlo o hacerlo parecer en sociedad como un depredador del patrimonio histórico (léase adoquines instalados durante la época santista).

Si ese fue el propósito y fin del ex gobernador, no sería tampoco una novedad, pues al Alcalde capitalino, algunos intereses y fuerzas oscuras opositoras a su gobierno han buscado evidenciarlo con frágiles argumentos, diciendo que es un gobernante que se opone al desarrollo y al crecimiento de la ciudad, estrategias, por cierto muy burdas por su origen e intención política misma.

Sostener que Sánchez Unzueta busca únicamente preservar el patrimonio de los potosinos, resulta infantil, porque ese tipo de acciones, es decir, de oponerse abierta y públicamente a retirar un viejo adoquín que por supuesto no tiene los 400 años que dice tener, no se hace para empezar sin el consentimiento o la anuencia de palacio a menos que lo ignore o desafíe esa autoridad.

La postura del ex gobernador es clara y a cualquiera hace suponer o pensar que Horacio era, es y será siendo el articulador o cerebro de “la gran conspiración” en contra del proyecto Gallardista. Si esto es así, que grave que los escenarios, la agenda y los tiempos políticos esté en manos de quien por respeto o cortesía política debería estar

ajeno o pensando en retirarse definitivamente de la arena, política, a menos que su actuación sea por consigna y encargo.

En esa presunta confrontación ¿quién se supone que gana o pierde? Creemos que nadie, aunque una cosa es segura, Sánchez Unzueta no gana ni pierde, mucho menos Ricardo Gallardo, porque al final del día el único y gran perdedor es San Luis Potosí que solo observa cómo oscuros intereses políticos y económicos están ingresando, otra vez, a un terreno de abierta provocación que podría tener como consecuencia un desenlace de reyerta, estancamiento y atraso como sucedió en 1991.

Ese escenario lo vivió muy de cerca el gobernador Juan Manuel Carreras López, y si permite que una sola hoja del árbol se mueva, justo al ingresar a la etapa de mayor consolidación de su mandato, estará arriesgando más de lo que algunos suponen podría perder. Visto así, El Güero no puede y no debe permitir que otros le sacudan o le anticipen la agenda política y los tiempos electorales.

Si quien suponemos es el jefe político lo consiente, lo simula o disimula él sabrá a que está jugando, pero también una cosa es real, la gobernabilidad hasta hoy alcanzada podría pulverizársele si no frena o no hace un alto en el camino para entender y demostrar que él es el gobernador. No hacerlo a tiempo, su segundo tramo le resultará muy complejo para la gobernanza.

ENTRE PARENTESIS

¡Vaya vacío! Que le genero el PRD a su diputado Xavier Nava, el cual tiene 48 horas para decidir si participa como candidato independiente. Ojalá y le entre para que sepa lo que es amar a Dios