Incuestionablemente una ciudad se vuelve atractiva para la inversión cuando existen condiciones de seguridad óptimas para jugársela y arriesgar capitales. Igual, para el sector Turismo, una metrópoli se torna importante cuando la calidad de los servicios públicos que ofrece el gobierno municipal es eficiente, suficientes y de calidad.

Lamentablemente no es el caso de San Luis Potosí capital. Este próximo 1 de junio, el Ayuntamiento encabezado por Francisco Xavier Nava Palacios cumple 8 meses, y su gestión, si es que existe, deja mucho que desear. Corrupción, nepotismo, mediocridad, intolerancia e incapacidad para gobernar, son solo algunas de las expresiones que cotidianamente escuchamos entre la sociedad.

Las expresiones de repudio de que fue objeto el alcalde de la capital durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador no fueron casuales ni fortuitas, el rechazo generalizado se lo ha ganado a pulso por su intolerancia e incompetencia al frente del Ayuntamiento. Ya se había tardado pero el pueblo finalmente reacciono ayer en pleno acto que encabezaba el presidente de la Republica para manifestarle su rechazo.

Los potosinos ya no saben si el problema radica en esa enfermedad conocida como paranoide que le aqueja al Alcalde, o de plano este muchacho solo sirvió para hacer mandados cortos. La ciudad se

mantiene en tinieblas, la inseguridad aumenta, el comercio en la calle se acentúa, los jardines, plazas, fuentes y camellones continúan sucios, llenos de maleza, fauna nociva, secos y en el más completo abandono.

La basura que inunda la ciudad, la falta de agua, el pésimo estado en que se encuentran las calles, y en general, todos los servicios públicos a los que está obligado a brindar el municipio, no se sabe si es porque realmente no tenga dinero, le falte gente y equipo, o de plano su responsable de obra pública, su director del INTERAPAS y el encargado de los Servicios Municipales son unos perfectos inútiles y mediocres, que es lo más probable.

Han sido 8 meses tirados al caño y las esperanzas de vivir en una ciudad limpia y segura se han esfumado. Con obritas rabonas y con el solo parchadero de calles, el Alcalde presume que trabaja, que licita los contratos de obra y que además se realizan con transparencia. Los miembros de la Cámara de la Construcción que todavía encabeza Marco Uribe, han de estar c….de la risa de ver la forma tan facilita en que se engaña a un presidente municipal.

Con el petate del muerto, Nava ha maiceado y soltado a sus mastines formales e informales para instalar en la opinión pública la idea de que la administración municipal anterior fue corrupta. Algo que por cierto, ya la mayoría tiene fundadas dudas, pues esa actitud endémica, enfermiza y paranoica del Alcalde en denunciar presuntas irregularidades, perseguir, denostar y ocultar todas sus deficiencias e incapacidades ya se volvió chunga y costumbre.

Lejos están los potosinos de lograr la vieja aspiración de vivir en una ciudad pulcra. Distante está el día en que veamos nuestras calles sin basura, de que volvamos a ver funcionando nuestras fuentes y disfrutar los jardines y camellones públicos limpios, bien regados y verdes. Hoy por hoy, los pastos se han secado y las plantas se han marchitado. Su alumbrado público y sus depósitos de basura se encuentran prácticamente inservibles.

El común denominador entre la gente, es que el gobierno municipal actual resulto un fraude y un verdadero fracaso. Los jovencitos curros, mamones e intolerantes, y otros, que resultaron ser una verdadera fauna de fifís, unos auténticos costales de mañas y que hoy gobiernan la ciudad, no se cansan de burlarse de la población, sobre todo de aquella que se encuentra más jodida y a la que incluso le fueron retirados los beneficios de los programas sociales. En fin.