10.6 C
San Luis Potosí

Riqueza y pandemia en tiempos de la 4T

Entérate

Últimas Noticias

viernes, marzo 29, 2024

San Luis Potosí no puede sustraerse a los vientos de cambio y transformación. Durante décadas, la acumulación de la riqueza se ha concentrado en unas cuantas familias que, en algunos casos, los protagonistas centrales y su descendencia han contribuido al encono, a la polarización de la sociedad y al conflicto político que ha generado incertidumbre, desesperanza e inestabilidad social.

Los grandes contrastes entre miseria y opulencia en las cuatro regiones de nuestro estado continúan siendo desproporcionados, descomunales e insultantes. En buena medida, mucho se complicó la vida de los potosinos cuando a los hombres de la política se les ocurrió disputar el poder económico, y cuando los hombres del dinero comenzaron a competir por el poder político.

En unos cuantos meses, los potosinos habremos de elegir a un nuevo gobernador. Todos, hemos experimentado lo bueno y lo malo de los gobiernos del PRI y el PAN. La Cuarta Transformación, ofrece un cambio cuantitativo y cualitativo. O los potosinos decidimos en junio del 2021 elegir una opción distinta, o tendremos que resignamos a continuar padeciendo más de lo mismo.

 

Parte I

Por Fernando Díaz de León Cardona

En el proceso hacia la Cuarta Transformación, la agenda de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha concentrado en tres premisas fundamentales: 1.- Combatir la corrupción y la impunidad; 2.- Desterrar las prácticas nocivas de los gobiernos neoliberales o conservadores y; 3.- priorizar y poner en marcha programas sociales que resuelvan la desigualdad, la pobreza, el aislamiento y la marginación social en México.

Para enfrentar la corrupción que durante décadas se instaló como forma de vida en nuestro país, principalmente en las esferas del poder político y económico, López Obrador, sostuvo desde que asumió el mandato, que lo haría de “arriba hacia abajo”, como se barren o deben barrerse las escaleras, ahí la lleva.

AMLO comenzó por “limpiar la casa”. Nombró a un gabinete homogéneo y comprometido; estableció criterios y líneas de acción para insistir en que su lucha anticorrupción no sería ni una ocurrencia ni una postura demagógica. El compromiso de separar el poder político del poder económico se mantiene y, es muy probable no tendrá regresión, por lo menos no en este sexenio.

 

A casi dos años de ejercicio, salvo pruebas en contrario o algún prietito en el arroz, el gobierno de la 4T avanza firme y decidida en su propósito; si no desterrando totalmente la corrupción y la impunidad, porque esta no se logra por decreto o voluntad divina, por lo menos se están colocando candados de seguridad en el la entrega y el manejo de los recursos públicos en los tres niveles.

La cancelación de sueldos ostentosos, la asignación legal de contratos de obras, las compras o adquisiciones transparentes del gobierno y la mirada puesta en exigir el pago de impuestos y deudas fiscales a los grandes magnates evasores y, – adicionalmente cerrar el cajón con llave para que los funcionarios del círculo del gobierno no metan impunemente las manos, está funcionando.

El mastodonte herido que AMLO encontró a su llegada, no ha sido fácil levantar y mover, ni mucho menos domar y vencer. La inercia de la corrupción y la impunidad arraigada por decenas de años; incubada, alentada, permitida y tolerada desde las entrañas mismas del poder público y privado no ha resultado sencillo de vencer. Contrapesos los tiene y nadie puede dudar que existen.

Baste ver el comportamiento de los sectores más conservadores y de los grupos económicos dominantes para darnos cuenta de que el presidente pareciera que rema a contracorriente. La embestida nacional de la mayoría de los medios de comunicación que, un día sí y otro también lo cuestionan en forma sistemática, son signos de esos intereses a veces inexplicables en la democracia.

La 4T frente a los paradigmas del pasado

En su ensayo, “La Nueva Política Económica en los Tiempos del Coronavirus”, López Obrador define y explica con claridad, el por qué su gobierno no tiene la idea de ajustarse a los paradigmas del pasado para enfrentar la crisis económica por la que atraviesa México. “Su NO contundente a esquemas de rescates financieros como el FOBAPROA no pueden ni deben repetirse”, ha dicho. Su pronunciamiento y determinación tiene lógica y sustento.

AMLO elude recetas, pero a la vez, describe acontecimientos históricos que conllevaron a la concentración de ciclos de riqueza entre minorías inmersas en procesos acompañados generalmente de nuevas espirales de corrupción, del crecimiento de la desigualdad, de abismos y contrastes sociales existentes hoy, y persistentes entre las regiones urbanas y rurales que se agravaron por la corrupción y la impunidad y que contribuyeron a la migración, a la desintegración social, a la violencia, a la marginación y la miseria.

El documento recién difundido por el presidente de la República, es corto y sencillo, pero con contenido profundo; no tiene desperdicio alguno y, habría que decir que, – a varios días de haberlo presentado en sociedad; – hasta ahora, – ni los bloques de intelectuales orgánicos y periodistas gargantones, ni las cúpulas empresariales, ni el Frente Nacional Anti-AMLO, ni las jerarquías eclesiásticas, ni los partidos políticos contrarios a la 4T han encontrado elementos teóricos político-económicos para debatirlo, tampoco para rebatirlo.

Vale la pena leerlo, pero su análisis es tema aparte. Lo cierto es que el presidente está resuelto a combatir en serio la podredumbre y la impunidad. Lo está haciendo de “arriba hacia abajo”. En el concierto nacional, ya todos sabemos quiénes son las figuras de la elite política y empresarial que encarnaron y siguen toscos en reproducir viejas prácticas que buscan conservar los privilegios del conservadurismo.

Sabemos quiénes son los actores centrales de la historia reciente. Muchos simulan, pero pocos ignoran quienes fueron, quienes son y quienes quieren seguir ostentándose como los dueños del dinero. Políticos y empresarios han reproducido esquemas de control para conservarse y amasar grandes fortunas. Es la élite que históricamente fue partícipe de las prácticas fraudulentas que se impulsaron o se permitieron desde la cúspide de los poderes.

Los potosinos saben quiénes son los que incursionaron y se acomodaron en ese modelo político-económico conservador que únicamente generó benefició para las minorías. Son quienes produjeron bienestar para sus intereses personales y de clase, pero nunca para el bien común. Son ellos, junto con los gobiernos del pasado reciente los que engendraron la pobreza, las grandes desigualdades, la marginación la violencia y la miseria.

 

 

Ciertamente existieron y existen, hombres de negocios o empresarios que lograron sumar fortunas legítimas y bien habidas, pero hubo y pululan otros, que llegaron a convertirse en vulgares delincuentes de cuello blanco o en ramplones traficantes de influencias que les permitió durante décadas o por generaciones acumular groseras y descomunales fortunas, pero, ¿Quiénes representan a esas minorías ricas en San Luis Potosí?   Continuará…

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
%d bloggers like this: