En varias ciudades de la República Mexicana se celebraron fiestas de Día de Muertos clandestinas, a pesar a los decretos y llamados de las autoridades por la presencia del COVID-19 y el riesgo de contagios.
En Montemorelos, Nuevo León, la fiesta de paga incluyó música con DJs, pantallas, luces y decenas de jóvenes celebrando sin las medidas sanitarias.
En la Ciudad de México también se convocó a invitados a través de invitaciones por Facebook, donde se pedía mantener el evento como privado, para burlar la posible clausura de las autoridades.
Una invitación con código QR enlazaba a la dirección de un bar de la colonia San Pedro de los Pinos, como sede de la fiesta.