Según las autoridades sanitarias, la medida entrará en vigor a partir del 14 de julio y fue tomada debido al reciente aumento de perros a los que se les negó el ingreso a EE.UU. por provenir de países de «alto riesgo».
«Como consecuencia de los horarios de vuelo reducidos, los perros a los que se les niega la entrada enfrentan tiempos de espera más largos para ser devueltos a su país de origen, lo que provoca enfermedades e incluso la muerte en algunos casos», señalan los CDC, y añaden que «esta acción temporal es necesaria para garantizar la salud y seguridad de los perros importados a EE.UU. y para proteger la salud pública contra la reintroducción del virus de la rabia canina en el país».
Las autoridades sanitarias, no obstante, están dispuestas a hacer excepciones y será posible pedir aprobaciones previas por escrito.
La rabia es una enfermedad potencialmente mortal que infecta a numerosas especies de mamíferos, incluidos perros y humanos. No tiene cura y la única forma de prevenirla es mediante la vacunación.