El tiempo no remunerado, dedicado a su familia y a otras personas, tiene un valor económico de 190 mil millones de pesos, refiere análisis de la Universidad de Miami y Funsalud
Felicia Knaul dijo además que los médicos hombres ganan, en promedio, 30 por ciento más que sus colegas mujeres.
Las horas que las mujeres mexicanas dedican al cuidado de la salud de sus familiares o de otros pacientes tienen un valor económico de 190 mil millones de pesos, equivalentes al 1.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Además, el 55 por ciento de esas horas de trabajo dedicadas a cuidado de enfermos no son remuneradas, lo que significa que las mujeres mexicanas subsidian al sistema de salud en México.
Estas son las conclusiones de primer estudio sobre el aporte económico de las mujeres hacia la salud y la economía mexicana, coordinado por la investigadora en economía de la salud, Felicia Knaul, de la Universidad de Miami, y auspiciado por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y la compañía farmacéutica Merck.
El estudio lleva por nombre “Valorando lo invaluable: las contribuciones de las mujeres a familias saludables y economías saludables”, tiene como co autores a los miembros del grupo de Salud y Competitividad de Funsalud y es el primero de una serie de reportes nacionales para investigar el impacto que el trabajo remunerado y no remunerado tiene sobre las mujeres, el sector salud y las economías.
La doctora Felicia Knaul dijo que el estudio indica también que los médicos hombres ganan, en promedio, 30 por ciento más que sus colegas mujeres, y que 40 por ciento de las mujeres tituladas como médicos están desempleadas o subempleadas.
La doctora Knaul reconoció que, si bien detrás de muchas diferencias de género se reflejan temas de cultura, usos y costumbres, también recuerda que si los países tienen gobierno, éste debe ser considerado como un regulador que distribuya con mayor equidad la esta carga de cuidados a la salud.
Entre otras cosas, la investigación encontró que, en México, de cada 100 horas que las mujeres emplean en atención médica en México, en promedio 27 son remuneradas y 73 no remuneradas. En hombres los cálculos son 69 horas remuneradas y 31 horas no remuneradas.
“Nosotros analizamos una semana, es decir 168 horas, de un hombre que trabaja y que participa en los cuidados de salud de la familia, y analizamos el mismo intervalo de tiempo en mujeres. Lo que encontramos es que, en el caso de los hombres, al finalizar la semana les quedan 70 horas para el descanso, después de hacer la suma de sus actividades laborales normales más las horas que dedican al cuidado de salud de la familia. En cambio, en el caso de las mujeres, sólo disponen de 37 horas para el descanso, después de sumar sus actividades laborales remuneradas, más el cuidado doméstico más la atención a la salud de la mujer. Esto es menos de seis horas de descanso diario para las mujeres que apoyan al cuidado de la salud”, indicó Felicia Knaul.
“El resultado nos muestra que muchas mujeres no tienen siquiera horas suficientes para dormir y mucho menos para otro tipo de autocuidados para la salud. Esto se mira con mucha claridad en algunas enfermedades como el cáncer de mama, en el que es muy claro que las mujeres se dedican a atender a toda la familia y no tienen tiempo o recursos para hacerse una mastografía”, agrega la investigadora universitaria.
MODIFICAR CONDUCTAS. Uno de los objetivos del estudio es plantear a los diferentes países la creación de un conjunto de normas que impulsen la equidad y reduzcan la carga excesiva que asumen las mujeres en cuidados a la salud.
“La inequidad que registra el estudio tiene impacto en la salud de la mujer, en la salud de la familia y, en otro nivel, impacta también a la economía de los países porque nadie puede trabajar más de 18 horas diarias y hacerlo con eficacia, independientemente de que sea trabajo remunerado o no”, dijo la doctora Knaul.
Para alcanzar estas metas, el reporte hace varias recomendaciones, por ejemplo: 1) que se revisen los permisos por maternidad, que actualmente son de sólo nueve semanas, en lugar de las 14 que recomiendan las agencias internacionales; 2) se recomienda revisar la duración de los permisos de paternidad que ya comienzan a ofrecerse en México, pero con una duración de únicamente 15 días; 3) que los servicios de guardería se amplíen pues todavía son escasos; 4) que se revise el hecho de que los apoyos sociales sólo se enfocan al cuidado de los menores durante los primeros meses de vida y debería prolongarse para cubrir enfermedad familiar grave sin importar edad, discapacidad y cuidado al final de la vida, y 5) que en las empresas del sector privado se desarrollen programas e incentivos para permitir, tanto a hombres como a mujeres, apoyar al bienestar y atención de salud familiar.
“Es muy importante que este estudio se lea recordando que México vive una transición epidemiológica muy importante en la que las enfermedades crónicas y degenerativas aumentarán. Esto significa que cada vez habrá más necesidad de atender a familiares por más tiempo, por ejemplo, los adultos mayores que aumentarán con la transición demográfica. Entonces, si los cuidadores no tienen los requerimientos básicos para conservar su propia salud estarán experimentando una situación muy desventajosa. No sólo se necesita profesionalizar este tipo de cuidados sino también se necesita flexibilizar normas laborales y del sistema de salud para que sea posible atender este tipo de cuidados, pero a largo plazo”, dice Felicia Knaul.
La especialista en economía de la salud dijo que México es un ejemplo de lo que está viviendo toda América Latina, pues en pocas décadas se han vivido cambios muy fuertes en los retos de salud que en continentes como Europa tardaron 300 años, por ejemplo, la disminución de enfermedades infecciosas y la llegada de las enfermedades crónicas y degenerativas.
“Eso genera que, de repente, vamos a ser millones de personas mayores de 60 años. Entonces, estamos ahora en un momento preciso para modificar modelos y normas que nos ayuden a enfrentar cómo va a manejarse la atención a la salud en esos años en los que habrá mucha demanda de ayuda que no será de un día, sino que hablamos de cuidados de largo plazo. México puede desarrollar habilidades y debe aprovechar este momento”, concluyó.