Indistintamente cualquier análisis, cualquiera que sea la reflexión, la crítica o el llamado que se haga, nada cambiará; nada modificará la posición asumida por el gobierno de la Cuarta Transformación. No hay marcha atrás, AMLO está resuelto a continuar en la misma ruta que trazo desde que asumió el gobierno: “Primero los Pobres”.
A los grandes inversionistas, a los emprendedores pequeños o medianos, independientemente de cuál sea su posición, rango, nivel, o estatus económico, desde la óptica del presidente de la República, han sido, son y seguirán siendo una minoría rapaz, un segmento de la sociedad que AMLO ya estigmatizó y encasillo en el depravado pensamiento neoliberal o conservador.
La prensa vendida y chayotera, porque así la ha clasificado AMLO; y, todos esos intelectuales orgánicos que cuestionan las acciones del nuevo modelo, seguirán siendo los esbirros del pasado neoliberal y de la corrupción. Nada, absolutamente nada de lo que se dice, se expone o se propone es confiable, para la 4T no tiene crédito o mérito porque la palabra del presidente la biblia, es ley y su verdad la asume como absoluta.
Los tiempos fiscales u oficiales en la televisión y la radio, AMLO ya los devolvió a los empresarios del ramo porque el presidente se dice convencido de que su gobierno no necesita propaganda; basta con las mañaneras y con el roce entre los pobres para que el pueblo se entere de las hazañas y bondades la 4ª Transformación. Lo cierto es, que el presidente es reacio, contumaz y testarudo, está montado en su macho y no hay poder humano o divino que lo baje.
¿Que podría pasar, si la prensa corrupta o la no chayotera genera vacío y dejara de cubrir las conferencias mañaneras o vespertinas, los eventos oficiales, los posicionamientos del presidente y su gabinete, sus giras y acciones de gobierno, las posturas políticas asumidas por sus legisladores en San Lázaro y en el Senado; precisamente en medio de la crisis de salud y económica por la que se atraviesa?
¿Qué sucedería el que no se mencione, el que se deje de hablar, escribir, escuchar o ver imágenes del presidente? No lo sé. Probablemente algunos Virreyes en los estados podrían resurgir y reposicionarse. A lo mejor la inmensa mayoría no podría sobrevivir al disminuirse o dejar de percibir la subvención oficial “publicitaria” a la que AMLO ha hecho referencia, – o igual, – no ocurre nada, ¡total! AMLO le sigue apostando a las benditas redes sociales.
A lo mejor la gran incógnita sería: ¿Qué es lo que esperan los medios de comunicación? ¿Qué les regresen los jugosos convenios a los que estaban acostumbrados? ¿A qué a los comentaristas, conductores, columnistas y redactores les devuelvan la oportunidad de negociar espacios en sus empresas? ¿A qué nuevamente los enlisten en las nóminas secretas o les permitan regresar a la práctica del influyentismo?
Honestamente tampoco lo sé. Contrapeso en este momento los medios no lo están siendo y, sería aventurado y riesgoso adelantar el impacto que tendrán en el proceso electoral del 2021. lo que si estoy seguro es que nadie lo ha planteado, y, las señales que muchos medios están enviando son abiertamente de frustración, de mediana o muy poca objetividad ante la intransigencia de las circunstancias, y también por la enorme preocupación de observar cada vez más lejanos los privilegios de que gozaban. En fin.