La escasa oferta de vivienda económica durante 2017 propició un repunte en el arrendamiento y la venta de casas usadas.
Pablo Saavedra Sada, presidente electo de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), reconoció que la falta de oferta de vivienda que se presentó durante 2017 afectó a los bienes raíces, sobre todo porque no hubo casas económicas nuevas que los agentes pudieran ofrecer en venta.
Dicha situación llevó a que el año pasado se registrara la mayor actividad en arrendamiento y venta de vivienda usada, de las cuales todavía hay transacciones que se cerraron en el primer mes del año.
Lo anterior porque explicó, durante enero todavía hay personas que reciben una parte de su aguinaldo y lo aprovechan para dar el enganche de alguna vivienda, por lo que será hasta en este mes de enero cuando los inmobiliarios tengan la «cuesta», traducida en menos ventas de bienes inmuebles.