Este jueves, la Secretaria de Salud en el estado, Mónica Liliana Rangel Martínez, nuevamente advirtió a los potosinos, que, de no tomar en serio las medidas de aislamiento, autocuidado y sana distancia, tan solo en San Luis Potosí capital y en los municipios de mayor concentración poblacional podrían registrarse, según proyecciones, 30 mil contagios y muchas muertes en las siguientes semanas, ya que el Coronavirus avanza y se propaga a gran velocidad.
Si con este llamado, si con su claro y fuerte señalamiento como autoridad sanitaria, los potosinos no entendemos, que triste, que lamentable y que grave por la irresponsabilidad o el valemadrismo de cientos de ciudadanos que no le toman importancia a una pandemia que podría tener efectos terribles, impredecibles.
Una cosa es cierta, si el descuido ciudadano sigue así, el estado de excepción o el toque de queda será inevitable porque solo de esta manera se podrá entender la gravedad de la emergencia. Luego no salgamos con que el Estado viola las garantías individuales o los derechos humanos, porque eso sería una vil ma….fufada.
Siendo francos, las revelaciones de la titular de Salud, dejó estupefactos a observadores y participantes en la conferencia matutina. Ojalá que la población potosina tome en serio el tamaño real y la magnitud de un problema sanitario que no solamente está impactando en la salud de muchos potosinos, sino también en el derrumbe de la economía local.
Mónica Liliana ha sido clara y puntual y, esperemos que siga así. Sobre todo, que no permita seducirse o contaminarse con posiciones centrales intransigentes que irritan, desconciertan y llenan de estupor a los mexicanos. Hoy, – por ejemplo, – el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo en la mañanera que “la crisis transitoria por la que atraviesa México no va a tardar”.
Y no solo eso, mientras que los médicos y científicos responsables de salud han afirmado que la pandemia será crítica y prolongada, el presidente que gobierna este país ya la definió como una crisis transitoria. ¡Ha! pero que además “nos viene como anillo al dedo para afianzar la transformación, porque no nos va a hacer cambiar en nuestro propósito de terminar con la corrupción y la injusticia”.
Hágame usted el rechingao favor. O sea que, para que AMLO logre el propósito de la 4ª Transformación, tendrá que infectarse este país de Coronavirus, tendrá que haber miles de enfermos y muertes y se tendrán que cerrar miles de empresas y abandonar los empleos para vida de lograrlo. ¡Pooor faaavor” señor presidente, en donde está parado o en que planeta vive usted… No se vale que asuma una postura así.
Ya lo adelantó, el próximo domingo, en su informe trimestral, AMLO centrará su discurso en temas de bienestar, salud y empleo. Nos dirá a cuantos mexicanos ha rescatado de la maldita pobreza y cuanto le ha costado al erario. Volverá a decir que el problema de salud que enfrentamos es transitorio y que ya trabaja y tiene su plan de recuperación económica.
Recuerde señor presidente que ceder no significa mostrar debilidad sino un acto de prudencia política. Ojalá y Dios lo ilumine el domingo.
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